Capítulo 144 (+18)

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—Qui... quiero preguntarte algo...

Ella notó su tono de voz nerviosa y abrió los ojos rápidamente-. Él se sentó y Liv hizo lo mismo, procurando cubrir su desnudez con la manta que Elliot le había puesto encima para que no se le enfriara el cuerpo.

—Claro amor... dime —sonrió.

Elliot buscó algo detrás de él, los ojos de Liv se abrieron cuando distinguió una pequeña cajita roja en su mano. La mano de Liv fue a su boca sorprendida. Él la abrió, un hermoso anillo en su interior brillaba. Se arrodilló frente a ella, una enorme sonrisa en su rostro.

—Eres la mujer mas increíble que he conocido y quiero pasar el resto de mi vida junto a ti... —le dio una nueva sonrisa—. Cásate conmigo Olivia Benson.

Olivia aún no podía salir de su asombro.

—Cásate conmigo Liv... —pidió Elliot nuevamente. Ella sonrío.

—¡Sí! —dijo saltando a sus brazos—. Sí... un millón de veces ¡sí! —gritó como respuesta. Besó sus labios. Elliot sonrió, él esperaba una respuesta afirmativa pero no tanto emoción en ella—. Te amo El —besó su cuello, sus labios—. ¡Dios! Te amo tanto —agregó aferrada a su cuello, tenía ganas de llorar pero de felicidad.

Se separaron luego de unos segundos. Él sacó el anillo de la cajita de terciopelo, Liv estiró la mano y él le puso el anillo. Ella lo volteó para admirarlo, era hermoso, tamaño justo, ni chico, ni grande, simplemente perfecto.

Dejó de mirar el anillo, ahora para mirar hombre guapo y desnudo que estaba frente a ella, le sonrió, tenían que celebrar esto, ellos estaban comprometidos, después de años de amarse y ella sabía exactamente como hacerlo. Puso sus manos en los pectorales de Elliot y lo empujó para que él quedara acostado. Se subió encima de él a caballo y besó sus labios.

—Te amo tanto Elliot —le repitió mientras sus labios besaban su cuello, su pecho—. Me has hecho la mujer más feliz del mundo... —dijo mirándolo a los ojos.

—No amor... —acarició su mejilla—, eres tu quien me ha hecho el hombre más feliz del mundo por aceptarme y querer pasar tu vida conmigo —respondió Elliot, su mirada vidriosa por la emoción.

—Te amo... —besó sus labios mientras movía sus caderas contra él para despertarlo, sus rodillas apoyadas en el colchón para darse impulso. Gimió cuando lo sintió endurecerse y se mordió el labio sonriendo—. Me encantas... —le dijo ella, ahora era el momento de demostrarle su amor al hombre que la había rescatado del dolor y de la tristeza. 

Se quedó quieta, lo buscó entre sus piernas y encontró el tesoro que buscaba. Rodeó con su mano el pene de Elliot y lo acarició. Lo tomó y lo alineó en su entrada, lentamente bajó hasta llevárselo todo en su interior.

—Cristo Liv... —gimió, le gustaba cuando era ella quién le hacía el amor. Ella se recostó sobre su pecho, apoyando su mentón en el hombro de Elliot.

—Uh... —se quejó y sonrió, estaba dándole tiempo a su cuerpo a adaptarse—, estoy bien... sólo sensible —respondió a la pregunta no formulada.

Levantó la cabeza y lo besó en los labios nuevamente. Se irguió, apoyando sus palmas en el torso de Elliot y empezó a montarlo, sintiéndolo completamente en su interior.

—Dios... —se quejaba, cada vez que lo sentía tan profundo. Las manos de Elliot fueron a su cadera para ayudarla con el ritmo.

—Mierda... —jadeó al sentir las paredes externas de Liv aferrándose a él, sus labios estaban unidos, ellos estaban cerrando el compromiso, entregando sus cuerpos al placer mutuo, había algo en esta posición que Elliot adoraba, era porque ella era quién le estaba haciendo el amor, al ritmo que ella prefería.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now