Capítulo 107

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Un gran dolor de cabeza se le estaba formando a Elliot, había visto cientos de fotos pasar frente a sus ojos, cientos de niños pequeños desaparecidos.

—Elliot... —dijo Olivia desde su escritorio.

—¿Si? —preguntó él desanimado y frotándose la frente. Olivia sintió pena por él, sabía que estaba cansado, los casos con niños también tomaban un peaje en él, quería preguntarle otra cosa, pero al ver su rostro se arrepintió.

—Cariño ¿quieres hablar? —preguntó dulcemente, sin temor ya que eran solo ellos dos.

—Sí... pero no ahora mismo —contestó con una triste sonrisa.

—El... ¿estas bien? —preguntó, él siempre se mostraba un hombre fuerte y rudo pero a veces llegaban momentos donde se quebraba, él había sido su roca durante semanas, durante el juicio de Emily, durante sus visitas al hospital pero algo lo estaba molestando ahora.

—Sólo quiero terminar esto y llegar a casa —suspiró, solo quedaba un día más y serian libres, siempre y cuando cerraran el caso—. Además... —sonrió ante la preocupación de Olivia—, soy yo quién debe preocuparse por ti, no al revés.

Ella sacudió levemente la cabeza.

—Eso no es cierto El... esto es reciproco... además estamos bien.

—Voy a estar bien...cuando esto acabe —dijo cerrando el tema para que ella no se preocupara más. Estaba cansado, la semana había sido extenuante y solo quería poder pasar un par de días tranquilo con Olivia y Emily, un tiempo de calidad, antes de que llegaran los niños. Cuando estaban todos él tenía que procurar ser suficiente para todos ellos y mantenerlos a todos felices, no era algo difícil, era cansador, pero definitivamente no lo haría de otra manera.

—El... —ella casi había olvidado el motivo por el cual lo había llamado minutos atrás, su concentración no era de las mejores últimamente.

—Hmmm... —estaba observando las fotografías pasar.

—Creo que tengo algo... —suspiró.

—¿En serio? —se puso de pie y se fue donde ella estaba. Apoyó su mano derecha en el borde de la silla de Liv y la otra en el escritorio, ella estaba haciendo algunas modificaciones en la lista que finalmente había arrojado, de diez posibles coincidencias quedo en tres, y luego en dos, ya que la tercera había sido cerrada porque el niño había sido encontrado.

—Ellos son —dijo Olivia, había una foto de Simón, ella recordaba que el chico había dicho que su madre se llamaba Kate y quién había interpuesto era Kate Sullivan—. Los encontramos El —agregó feliz y sonriente, ella iba a cumplir la promesa que le había echo al pequeño—. Voy a llamarlos... ¿o quieres llamarlos tu?

Elliot movió la cabeza.

—Voy a llamar a Diana para que lo traiga al precinto, estoy seguro que sus padres van a estar felices... —respondió, después de tres semanas de búsqueda finalmente iban a tener a su hijo en sus manos.

—Esta bien...

Ambos tomaron sus móviles para hacer las respectivas llamadas, no se habían dado cuenta del tiempo que había pasado hasta que vieron que llegaba Fin y Munch.

—¿Y?—, preguntó Elliot—. ¿Algo?

—El departamento estaba vació pero había registros de que alguien lo estaba habitando —dijo Munch sentándose en su escritorio, casi derrotado.

—Pero no tenemos nada en claro, pedimos que los forenses fueran para ver si pueden recolectar algo de evidencia —agregó Fin—. ¿Y ustedes? —al menos sus compañeros tenían mejor rostro.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora