Capítulo 103

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Después de cenar se prepararon para ir a la cama. Liv estaba en la habitación de Emily contemplándola. Elliot se puso detrás de ella y rodeo con sus brazos su vientre, que con cada semana que iba pasando iba creciendo.

—Tenemos que comprarle una cama... —dijo Liv, algo que habían tratado de hacer un par de veces, pero siempre había algo más que se cruzaba en su camino.

—¿Y una cuna? —preguntó Elliot, la cuna de Emily iba a quedar libre si compraban una cama.

—Me encanta esta cuna... —comentó, había buscado en muchas partes hasta dar con la perfecta—. ¿Crees que deberíamos comprar otra cuna exclusiva para el bebé?

—No si no quieres —besó su cuello—. Los niños compartieron todos la misma cuna, salvo los gemelos y no tienen problema con eso —estaba recordando que cada vez que cambiaba a uno de sus hijos a una cama, venía otro niño en camino.

—Realmente me encanta esta cuna... —pasó la mano por el borde de madera blanco y suspiró. —, pero no quiero que el bebé sienta que no nos esmeramos en comprar una para él.

Elliot sonrió, era algo poco probable que el bebé tuviera resentimientos por ello pero sabía que era más una especie de culpabilidad que ella sentía.

—Porque amo a este bebé —puso sus manos sobre las de Elliot que estaban en su panza.

—Lo sé amor —besó nuevamente su cuello—, y estoy seguro que el bebé lo sabe.

—Cariño, tenemos que ponernos de acuerdo con un nombre para él —suspiró—. El... tenemos que hacer algunos ajustes, quiero que el bebé tenga su propia habitación —Elliot asintió, las habitaciones estaban casi justas, pero solo cuando estaban sus hijos.

—Los niños vienen solo los fines de semana, podemos hacer algunos cambios.

—No... son sus habitaciones... —no quería que ninguno de ellos se sintiera desplazado por el nuevo bebé, se volteo para quedar frente a él—. No es justo para ninguno de ellos que tengan que cambiarse —añadió con énfasis. Se pasó la mano por su frente e hizo una mueca.

—¿Todo bien?

—Sí... sólo este dolor de cabeza que me esta matando.

—Vamos a la cama bebé... —susurró, los últimos minutos habían estado susurrando para no despertar a Emily.

—Estoy cansada —admitió sin necesidad de que Elliot le preguntara.

Elliot la tomó de la mano y la condujo a su habitación.

—Tenemos un par de meses para arreglar todo cariño. No quiero que te estreses con eso.

—No falta tanto El... dos meses es poco tiempo —se sentó en el borde de la cama.

—Yo sé... —besó su frente—, pero podemos hablar mañana, ahora necesitas el descanso, es tarde y tenemos que trabajar mañana —se agachó para besarla en los labios—. Te amo hermosa —sonrió, bajó a su vientre y lo besó—. Te amo hombrecito —no pasaba una noche en que él no le dijera que los amaba.

La mañana definitivamente llegó demasiado rápido para Olivia, ni siquiera había visto a que hora se habían dormido, se habían quedado conversando abrazados hasta que ella había sucumbido al cansancio y ni siquiera había tenido la energía para ver hacía el reloj. Se agitó en la cama nuevamente cubriéndose el rostro con las sábanas y gimiendo ante la luz que entraba por la cortina, el dolor de cabeza punzante por el cansancio estaba aún presente.

—Llamo Cragen... —comentó Elliot entrando en la habitación para ver que Olivia aún se encontraba acostada.

—¿Qué dijo? —preguntó tratando de sonar interesada.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora