Capítulo 118

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Elliot llegó cerca de veinte minutos más tarde a la habitación, Olivia se mantenía contemplando a Emily.

—¿Aun nada? —preguntó Elliot, ella levantó la mirada, podía ver el algodón pegado en el antebrazo de él, donde presumió inmediatamente le habían extraído sangre.

—Nada aún, ya debería haber despertado —respondió Liv frustrada.

Elliot tomó una silla para quedar al otro lado de la cama de Emily, frente a Liv.

—Ella siempre hace las cosas a su tiempo... —sonrió—, al igual que mamá —vio la expresión de Olivia, ella le devolvió la sonrisa—. ¿Llamaste a Casey? —preguntó, él había dicho primero que iría a ver a los niños antes de que fueran a clases, pero no quería dejar a Olivia sola en el hospital, se veía agotada, la noche anterior no habían dormido mucho, entre su pelea y luego los malos sueños, sin mencionar que estaban llevando este ritmo por tres días, él quería a alguien con Olivia en caso de que necesitara algo.

—Va a venir a la hora del almuerzo —le había enviado un mensaje de texto, de esa forma no interrumpía a Casey en caso de que estuviera en alguna audiencia, la fiscal a los minutos le devolvió el texto, sin pedir mucho detalle de por qué motivo Liv le había pedido juntarse en el hospital.

—Cuando ella llegue voy a ir a hablar con los niños...

—Elliot... —dijo como advertencia.

—Llamé a Kathy, ella me dijo que podía ir a casa para hablar con ellos. No le entregue demasiados detalles, pero ella sabe que algo esta pasando —dijo Elliot, Kathy posiblemente no lo conocía tanto como Olivia pero sin duda había notado algo extraño en su voz—  ¿Te molesta? —ella movió la cabeza suavemente de un lado a otro.

—No me molesta que sepan El, ella también es parte de la vida de Emily —la voz de Liv era suave, ella sabía que en algún momento iban a estar todos preguntando por la salud de Emily, ella sólo no quería estar agobiada.

Ambos se quedaron en silencio cuando sintieron la pequeña voz de Emily, la niña se agitaba en sus sueños.

—Emily, cariño despierta —Liv estaba preocupada de que ella no despertara, le habían dicho que en cualquier momento seria pero habían pasado casi dos horas.

Emily abrió los ojos y frunció las cejas, su mano izquierda se fue a su mano derecha donde tenía una especie de tablita vendada a su mano para poder suministrarle las medicinas.

—Duele mamá —se quejó la pequeña, tomándose su mano.

—Yo sé cariño... —suavemente quitó la mano de su hija para que no se tirara las sonadas de IV.

—Hola cariño —saludó Elliot brindándole una sonrisa a su hija, claramente había perdido la tes aceitunada que había heredado de Liv y ahora era casi tan blanca como las sábanas que la cubrían.

—¿Tienes hambre? —preguntó Liv, la enfermera le había dicho que la niña podía comer pequeñas porciones de gelatina—. ¿No? —la niña se acomodo en la cama y cerró nuevamente los ojos—. El... —gimió su nombre al ver que su hija había caído dormida nuevamente.

—Esta bien nena... esta cansada. El doctor dijo que iba a ser así, despertar por pequeños períodos de tiempo.

—Yo sé... pero es tan difícil verla así...

—No sabes amor que daría por ser yo —la voz de Elliot se quebró, le gustaría llevarse todo el malestar y el dolor fuera de su hija.

—Yo sé...

Se quedaron en silencio, ambos resignados de que nada estaba en sus manos.

—¿Quieres ver algo de televisión? —preguntó Elliot, para su entretención la habitación estaba provista de un televisor.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now