Capítulo 13

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Liv, dime ¿qué puedo hacer para que te sientas mejor? —se paró frente a ella, la luz de la luna se filtraba por la ventana y le permitía ser consciente de la marca de humedad en sus mejillas.

—Quiero ir a mi casa Elliot. Por favor...

—Por favor Elliot. Quiero irme a casa y estar con mi hija —suplicó, no sabía porque le pedía a Elliot pero algo le decía que él la iba a ayudar.

—Liv... —se tomó un minuto para pensar—. Vamos a hacer lo siguiente —dijo no muy convencido si en realidad iba a resultar, pero iba a intentarlo al menos.

—¿Qué cosa? —susurró entre sollozos.

—Mañana, muy temprano voy a ir a hablar con el doctor —le costaba ver su reacción al estar la habitación casi a oscuras, salvo por la luz de luna—. Voy a hablar con él y ver si puedes ir a casa —no necesitaba un lugar encendido para saber que ella estaba sonriendo.

—¿Harías eso por mí? —preguntó suavemente y sintiéndose ligeramente avergonzada por sus lágrimas.

—Liv... yo te prometí que iba a hacer todo para que estés bien —tomó aire—. Ahora debes tratar de dormir, por favor —pidió.

Ella asintió entre las sombras. Él se sentó más cerca de ella, tomó su mano derecha y entrelazó sus dedos con los de ella. Casi de inmediato se quedó dormida, sintiendo la mano de Elliot en conjunto con la suya.

Temprano en la mañana Elliot despertó, aún tenía sueño pero su cuello estaba matando. Se estiró con cuidado de no despertar a Olivia. La había escuchado gemir durante la noche pero ahora se veía mucho más tranquila durmiendo. Se sorprendió al darse cuenta de que sus manos se mantuvieron entrelazadas durante toda la noche. Miró su reloj y eran casi las seis y media de la mañana. Con cuidado se desprendió de su agarre y se levantó de la silla lentamente para que no emitiera ruido alguno. Fue al baño para refrescarse un poco, cerca de las siete de la mañana siempre entraba una enfermera para ver a Olivia.

—¿Necesita algo detective? —preguntó la enfermera del turno de noche al notar a Elliot saliendo de la habitación y caminando hacia la estación de enfermeras.

—En realidad sí —respondió Elliot acortando la distancia—. Necesito hablar con el doctor que está atendiendo a la detective Benson.

—Sus rondas empiezan en media hora.

—Eso lo sé pero necesito hablar con él antes de eso.

—¿Hay algo malo con la Srta. Benson?

—Sí, pero prefiero hablarlo con el doctor. Ella no está a gusto aquí —contestó serio—. No le gustan los hospitales, la deprimen —la enfermera no estaba muy contenta a donde llevaba esta conversación.

—Deme un segundo para llamar al doctor para usted —dijo volteándose hacía el teléfono. Se alejó un poco para hablar más confidencialmente—. Está bien, yo le diré —dijo la mujer y corto la llamada—. Va a subir de inmediato para hablar con usted.

Elliot asintió agradecido. Minutos después se acercó el doctor para hablar con él.

—Detective Stabler, la enfermera Morris me dice que quiere hablar conmigo. ¿Qué puedo hacer por usted? —preguntó el doctor.

—¿Quiero saber si me puedo llevar a Olivia a casa? —dijo sin rodeos.

—No lo aconsejo —respondió tajantemente mientras revisaba la ficha de Olivia que la enfermera le había entregado.

—¿Cuánto tiempo piensa que necesita estar aquí? —ellos habían preguntado anteriormente pero el doctor no había estado disponible para hablar con él o con Olivia.

Renacer - BenslerWo Geschichten leben. Entdecke jetzt