Capítulo 127

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—¿Porque demoran tanto? —gimió Liv cansada.

—¿Quieres que vaya a preguntar? —ofreció Elliot, Olivia ya estaba de pie, dando pequeños paseos en la habitación.

—¡Cinco horas! —gritó—. Se han demora cinco horas y no han tenido la consideración de decirnos nada —agregó frustrada.

Durante la media hora había llegado Casey y Fin para acompañarlos. En la última semana y media todos habían estado en una especie de turno para ir a verlos y acompañarlos, claro que ahora cuando Casey y Fin habían llegado, se llevaron una sorpresa que aún no sabían era buena o no.

—¿Puedes?

Él asintió, pero justo cuando iba a abrir la puerta vio que venía el doctor.

—Ya hemos terminado —dijo el doctor, seguido por una confortable sonrisa—. Ella esta sana, tan sana como una niña de tres años puede estar.

Olivia lo miró, buscando en ese hombre algún signo de broma.

—¿En serio?

—Sí, hemos demorado un poco porque quería tener los resultados de inmediato —contestó el Dr, Ross—. A pesar de la medicina que se le suministró, no hay signos de ningún problema...

—¿Po... podemos llevarla a casa? —preguntó Olivia, Elliot estaba detrás de ella con su mano en su cintura.

—Tan pronto como la traigan a su habitación y tenga los papeles para su alta.

—Gracias a Dios... —se dio vuelta para abrazar a Elliot, tan cerca como su vientre se lo permitía—. ¿Escuchaste eso El? —preguntó en su oído—. Vamos a llevarnos a nuestra niña a casa —sonrió, la primera sonrisa genuina en más de una semana, de inmediato notó Elliot el cambio en sus facciones.

—Vamos a darles tiempo para que arreglen todo —dijo Casey, notando que ya no era necesario su compañía.

Ambos se separaron.

—Gracias... gracias por estar ahí para nosotros —dijo Liv, dándole también un abrazo a su amiga, habían sido grandes acompañantes durante esta pesadilla—. Gracias Fin... —lo abrazó, tanto como ella podía.

—No hay problema Liv... tu sabes, ella y tu son muy importantes para mí —besó su mejilla.

Ambos se fueron para dejar a la pareja esperando por su hija.

—¡Mami! —gritó la niña luchando por pararse de la camilla mientras la entraban en la habitación.

—Quédate tranquila cariño, mamá no va a ninguna parte —instruyó Olivia, para evitar que la pequeña se cayera.

—¿Sabes dónde vamos ahora cariño? —preguntó Elliot, la niña miró con curiosidad, ella realmente no tenía idea—. Cariño, vamos a casa, ¿quieres volver a casa? —preguntó, escuchó un grito de alegría de la pequeña, sin duda esta era su hija, por fin le habían devuelto su energía.

—¿Qué haces cariño? —preguntó Liv sonriendo al ver a su hija quitándose la sabana que la cubría.

—Ir a casa.

—Debemos esperar unos minutos, tiene que venir el doctor.

—Voy a cambiarla mientras —anunció Elliot, lo único que quería era llevar a su hija y novia a casa.

—Esta bien... voy al baño mientras —contestó ella, siendo esto lo que le pareció la vez número veinte.

***

—¿Estan listas? —preguntó Elliot.

—Listas... —respondió Olivia, había guardado todos los juguetes que habían llevado a Emily en una bolsa que las enfermeras le habían facilitado y la ropa en un bolso—. Por favor, vámonos de inmediato de aquí.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now