Capítulo 134

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Elliot volvió a la habitación cerca de veinte minutos más tarde.

—Sr. Stabler —dijo el doctor que los había recibido cuando habían llegado al hospital la tarde anterior.

—Dr... —Elliot extendió la mano cordialmente para saludar al hombre, gesto típico masculino.

—Que bueno que llegó. Estaba hablando con Olivia —indicó el doctor, había llegado a la habitación solo un par de minutos atrás.

Elliot trató de leer en el rostro del médico por si habían malas noticias.

—Le estaba preguntando a Olivia cómo se estaba sintiendo. Los exámenes del bebé salieron todos bien, tal como lo pensábamos —indicó el médico—, por lo que mañana al medio día podrán ir a casa.

—Eso es una noticia maravillosa... —hizo una pausa—. ¿Ambos están bien entonces? —preguntó Elliot, con la necesidad que el médico lo confirmara.

—Ambos están bien. Vamos a dejar a Olivia una noche más para mantener un ojo en ella debido a la cesaría pero si todo va bien, no hay problema en darles el alta mañana. Mañana antes de darles el alta...le daré algunas recomendaciones —anotó algo en la ficha médica de Olivia, dejando el archivo a los pies de la cama—. Por ahora, solo disfrutar de la familia —dijo el hombre dejando la habitación.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó Elliot al ver que Olivia se disponía a salir de la cama, él no sabía bien los malestares que conllevaban una cesaría, era un experto en parto normal se podría decir. Ella movió la cabeza de un lado a otro.

—Sólo velos unos minutos por favor... —pidió levantando las tapas que la cubrían. El bebé estaba acostado en la cama y junto a él Emily, que no lo estaba dejando lejos de su vista ni por un segundo.

—Esta bien... —murmuró, atento a cualquier signo de que ella necesitara ayuda o algo así.

Liv suspiró profundamente, poniendo las piernas en el borde de la cama y con un ligero impulso quedó de pie.

—Ugh... —se quejó, siempre la parte más difícil luego de una cesaría era la primera vez que se estaba de pie completamente—. ¡Dios! —tenía una ligera náuseas y la presión en su vientre bajo.

—Quizás deberías volver a la cama —en segundos había llegado a ella para cogerla en caso de que cayera.

—Necesito asearme un poco... —gimió, quitando suavemente las manos de Elliot de su cuerpo—. Esta bien... es normal —añadió tranquilizandolo.

—No puedes tomar una ducha aún...

—Lo sé cariño... pero necesito sentirme más como yo... y no todo este olor a hospital que tengo encima —contestó con desagrado.

Buscó en el closet el bolso donde había dejado sus artículos de aseo y caminó lentamente hasta la puerta del baño, haciendo una mueca cada pocos pasos, ella hubiera deseado tanto haber tenido parto normal para evitarse todo el dolor que acompañaba un procedimiento tan invasivo como una cesaría.

—¿Dónde esta Liv, papá? —preguntó Maureen cuando llegó a la habitación, acompañada de sus tres hermanos menores.

—En el cuarto de baño —respondió Elliot, mientras acunaba a su hijo en brazos y se paseaba para que no llorara. Liv se había demorado más de lo que él había estimado pero no quería poner más presión en ella.

—¡Mo...! —gritó Emily una vez que había dejado de prestar atención en la televisión.

—Hola hermanita —saludó la niña levantando a Emily de la cama.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now