Capítulo 112 (+18)

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Elliot estaba un poco confundido, podía ver que Olivia tenía una actitud extraña desde que él había llegado a casa, estaba molesta pero aún no podía adivinar qué era lo que le estaba molestando. Tomó una respiración profunda y se armó de paciencia. Él sabía que no estaba cómoda, el bebé constantemente estaba moviéndose, golpeando sus costillas lo que claramente a él lo volverían de mal genio. Se acercó a ella con calma, se animó a enfrentarse a lo que era un torbellino de emociones.

—Liv... —ella se volteó para verlo de frente. Él había entrado en la habitación que compartían, estaba buscando palabras dulces pero finalmente se decidió por ser directo, a ella por lo general le gustaba eso, no muchos rodeos, directo al punto—, cariño, ¿puedes decirme por qué estas tan molesta? —preguntó sentándose a su lado, rogando que con su pregunta no la haya ofendido o provocado algún malestar en ella pero lo que realmente estaba haciendo era intentar poder comprender el origen de su mal genio. 

Ella levantó la vista y lo miró. Tomó una respiración profunda, no era justo que sacara sus frustraciones con él ya que siempre estaba ahí para ella, para escucharla y hacerla sentir bien, mejor dicho hacerla sentir increíble pasara lo que pasara pero en estos momentos no estaba de ánimos para devolver esa cortesía.

—Estoy cansada —contestó—. Estoy embarazada y muy cansada —agregó con cierto desgano en su voz. Elliot se quedó en silencio, sabiendo que venía algo más—. Tengo que levantarme cada noche al baño. No sé cuándo fue la última vez que realmente dormí una noche por completo —se pasó la mano por el cabello—, y... —hizo una pausa—, tengo tantas ganas de hacer el amor contigo pero estoy cansada.

Elliot escuchó con paciencia todo lo que ella tenía que decir, era bueno que sacara todo fuera.

—Llego a la cama y aunque quiera iniciar algo, simplemente no puedo —dijo al borde de las lágrimas.

—Cariño... —se quedó sin palabras, no sabía hasta ahora cual era la razón de su molestia, había estado todo el día irritable, ahora recién podía tener claro el porqué.

—Además —tragó saliva duro—, ni siquiera has tratado de intentarlo tu —añadió sentida, ya a los ocho meses de embarazo sabía que no era sexy. Ya no tenía el cuerpo de antes con curvas. Ahora todo era redondeado, dentro de todo podía entender porque él no quería tocarla pero él había prometido que iba a hacerla sentir bien siempre.

—Amor... —se acomodó más junto a ella en la cama—, mírame —pidió al ver que ella había cambiado y ahora estaba con la vista al frente. Ella giró la cabeza para verlo a los ojos—. Ni siquiera se te pase por la mente un segundo que no quiero hacer el amor contigo Liv —aseguró en tono suave, pero firme—. Yo pensaba que no querías estar conmigo —hizo una pausa—, puedo entender que no quieras hacer el amor conmigo, no es cómodo para ti amor —dijo con una dulzura que casi hacía llorar a Olivia nuevamente. Él era tan dulce con ella, tan sensible con sus sentimientos, incluso con su cuerpo.

Elliot sonrió con un toque de tristeza, también quería estar con ella perono podía forzarla o exigirle.

—No podía iniciar algo porque no quería que te sintieras obligada a estar conmigo sin realmente quererlo.

Ella negó con la cabeza, su cuerpo y su mente siempre quería estar íntimamente ligado a Elliot. Suspiró.

—Yo quiero Elliot... por favor —pidió, era más que el calor en su interior, era su amor por él y la necesidad del vínculo íntimo que compartían cuando estaban juntos lo que ella necesitaba. Él sonrío y puso su mano en la mejilla húmeda de Liv.

—Sólo tienes que hablar cariño —dijo, dispuesto a darle absolutamente todo lo que ella necesitara. Secó una a una las lágrimas, ver a Olivia de esa forma de alguna manera le partía el corazón, sabía que mucho de ello era relacionado a las hormonas—. Amor... tienes que advertirme si estoy haciendo daño o si se está volviendo incomodo —pidió, podía ser llevado por la pasión y llegar a ser demasiado para Liv. Ella estaba en su octavo mes de embarazo y ni siquiera el dormir era cómodo, mucho menos hacer el amor.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now