Capítulo 41

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La primera parada fue el departamento de Olivia, ni siquiera sabía por dónde comenzar a empacar. El camión de la mudanza iba a ir el día martes en la mañana, por suerte Cragen había permitido que ambos llegaran un poco más tarde.

Cragen era consciente de los cambios que sus detectives estaban realizando, y estaba tratando de decidir si era bueno o no hablar con su jefe para ponerlo sobre aviso de la relación de dos de sus detectives, después de todo no había una ley especifica que prohibiera las relaciones, mientras no descuidaran el trabajo, y hasta ahora Stabler y Benson habían sido más que profesionales en sus labores.

—Liv, necesito un poco más de cajas —dijo Elliot asombrado por la cantidad de cosas que ella tenía, y eso que eran solo cosas que había reunido durante los últimos meses, de Washington había traído pocas cosas con ella, sobre todo recuerdos y cosas de Emily.

—Oh vamos El, no seas exagerado —sonrió—. Son sólo un par de cosas —dijo sin quitar la sonrisa, incluso ella estaba sorprendida de la cantidad de ropa y zapatos que había logrado reunir en poco más de seis meses—. Puedo hacerlo yo si quieres.

—No, está bien —respondió tomando una caja de las manos de Olivia—. No puedo creer que tengas tantas cosas —agregó sin dejar de quejarse, él estaba seguro que se iba a demorar menos de una hora cuando le tocara a él ordenar sus cosas.

Casi tres horas más tardes ambos estaban agotados de guardar cosas, se habían prácticamente derrumbado en el sofá. Olivia tenía sus pies sobre las piernas de Elliot, se sentía muy cansada y estaba segura de que Elliot estaba igual.

—Voy a la cocina bebé, ¿necesitas algo? —dijo Elliot levantando sus pies de su muslo.

—Sólo un poco de agua estaría bien —contestó incluso con la voz cansada.

Afortunadamente Casey se había ofrecido a ver a Emily un tiempo. Era la primera vez que ella se quedaba con la niña, y hasta ahora había soportado tres horas sin llamar. Olivia estaba volviéndose un poco nerviosa pero tampoco quería parecer histérica, después de todo Casey iba a tener un buen cuidado de su hija, ella estaba segura.

—Ella está bien, ¿lo sabes cierto? —dijo mientras ingresaba con un vaso de agua para ella, las palabras claramente no eran una pregunta, si no más como una declaración.

—Lo sé, pero no puedo evitar ponerme nerviosa. Ella no está acostumbrada a Casey —se llevó el vaso a los labios y dio un largo sorbo, el agua se sentía increíble en su garganta seca.

—Si tuviese problemas estoy seguro que no habría dudado en llamarnos para ir a buscarla —se agachó para besar su frente y se levantó—. ¿Necesitas más descanso? —preguntó, sabiendo que el tiempo se estaba pasando demasiado rápido.

—Sí, por favor —gimió sintiendo su cuerpo cansado y adolorido.

—Vamos Benson, te estas volviendo vieja... —sonrió ante la cara de disgusto de ella, por lo que se puso de pie en unos pocos segundos.

—Vieja eh... Stabler —arqueó una ceja juguetona y saliendo detrás de él. Lo alcanzo, dándolo vuelta para quedar frente a él y lo besó profundamente. Sus manos recorrieron sus pectorales, por su parte Elliot llevó sus manos a la cintura de ella, acercándola más a su cuerpo.

—Liv... —dijo entre respiraciones agitadas—. Si continuamos así, no vamos a terminar nunca... —añadió entre besos y respiraciones entre cortadas.

—Lo sé... y tenemos que ir a trabajar en una hora —dijo luchando por la separación.

—¿Quizás algo rápido? —preguntó sin quitar los labios de ella, ambos sabían que entre ellos nunca era posible algo rápido, siempre querían más y más.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now