Capítulo 58

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—¿Qué diablos está pasando con Liv? —preguntó Fin, observando el camino donde ella había desaparecido—. Eso ya no es normal. ¿Qué está pasandom —preguntó impaciente, cuando se trataba de Olivia él no era el hombre más calmado del mundo.

—Tranquilo Fin. Ella está bien —respondió Elliot. "Relativamente bien" pensó—. Ahora, necesito que me hagas un favor —observó el plato de Fin, tenía cierta pista de porque Liv salió volando al baño.

—Claro hombre. Dime que necesitas.

—Tienes que deshacerte de ese plato —hizo un gesto a la carne y el revoltijo que se había generado.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó resistiéndose.

—Fin, por favor, de lo contrario Liv no va a volver.

—Está bien... pero tú vas a pagar por él.

—No hay problema —le hizo un gesto a la camarera para que retirara el plato.

—Aun no entiendo —dijo Munch.

Elliot lo meditó unos segundos, se suponía que ambos le iban a contar, pero debido a la abrupta salida claramente tenía que darle explicaciones a sus colegas.

—Liv está un poco sensible con los alimentos y los olores —informó—. Tuve este mismo problema ayer en la cena —recordó claramente el escenario que habían vivido varias horas.

—Entonces, ¿qué es lo que está mal con Liv? —preguntó Munch.

Olivia venía justo acercándose a la mesa, y se sentó al lado de Elliot. Tomó una respiración profunda, no pudo evitar notar que habían quitado el plato de Fin. Elliot besó su mejilla, sin importarle que sus compañeros lo vieran.

—¿Estás bien? —preguntó, le había pedido agua sin gas para que pasara el malestar.

—Sí  —sonrió.

—Entonces, ¿van a decirnos que está pasando? —Fin estaba al punto de exigir.

—Liv está esperando un bebé —dijo Elliot, había entrelazado los dedos por debajo de la mesa.

—¡¿En serio?! —preguntó Fin levantando la voz.

Ella asintió.

—Oh... eso es maravilloso —agregó Munch.

—¿Cuánto tiempo? —preguntó Fin, Olivia para él era como una hermana pequeña.

—Hmm, casi trece semanas —respondió sonriendo, decirle a sus compañeros definitivamente se sentía bien.

—Es genial Olivia. Ahora entiendo a que se debía tanto alboroto con Cragen —dijo Munch analizando todo.

—Sí, bueno, una vez que nos enteramos tuvimos que contarle a Cragen y él se encontró en la obligación de hablar con asuntos internos, después de todo en unos meses iba a ser imposible que no se dieran cuenta... y bueno todo explotó —comentó Elliot con humor—. Ahora ya todo está más tranquilo.

—¿Y Morris no puso problemas? —preguntó Munch curioso.

—Nos dijo que esto no era prohibido, digo, legalmente —contestó Liv después de tomar un sorbo de agua, la frescura se sentía bien en su garganta, ya estaba adolorida—. Siento lo de tu comida —se disculpó mirando a Fin, que le habían traído otro plato.

—Hey no hay problema. Vamos a tratar de evitar lo que te haga sentir mal.

—Yo lo agradezco pero aún no sé qué me vuelve enferma, hasta ahora ha sido todo.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora