Capítulo 137

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—¿Estas segura que estas bien que vengan los niños? —preguntó Elliot por segunda vez durante la mañana del viernes.

Liv sonrió, habían acostado al bebé en su cama hace cerca de diez minutos atrás y él solo quería asegurarse de que estaba bien para un fin de semana intenso.

—El... cariño —acarició dulcemente su mejilla. Luego de alimentar, cambiar y hacer eructar a Matías ambos habían ido a la cama para aprovechar un par de horas más de sueño—, yo estoy bien... —lo miró a los ojos con profundo amor—. Matías esta bien... —no dejaba de sonreír, cuatro días ya desde el nacimiento del pequeño bebé—, no hay motivo para que no estén aquí... como cada fin de semana —posó la palma de su mano en la mejilla—. Además ellos están ansiosos por verlo nuevamente, estuvieron tan poco tiempo con él en el hospital —suspiró, se incorporó lentamente para besar sus labios—. Estoy segura que ellos pueden venir aquí cariño, te amo —besó nuevamente sus labios.

Ambos se acomodaron para un par de horas más de sueño.

***

—Deberías quedarte en cama —instó cuando se proponía levantarse.

—Elliot... —dijo con tono de advertencia.

—Ayer estuviste adolorida la mayor parte del día...—indicó, como si ella no fuera consciente de la situación.

—El doctor dijo que podía hacer las cosas normales, no es necesario estar en cama.

—Esta bien pero... ¿puedes tomarlo con calma?

Ella asintió, no podía decirle que no cuando la miraba con esos ojos azules.

—Voy a darme una ducha... —se puso de pie y tomó la bata.

—Rápido, no debe empaparse de agua el parche.

—Lo haré cariño, gracias —tenía bastante claro las indicaciones del médico pero estaba agradecida del cuidado de su novio.

Caminó al cuarto de baño, llevando consigo las toallas. Salió del cuarto de baño diez minutos más tarde, se vistió con ropa cómoda, un pantalón de buzo y una polera holgada, nada que presionara su vientre aún adolorido e hinchado, ella era conciente que su cuerpo estaba lejos de su forma original, pero acababa de tener un bebé, era algo normal.

—Lo siento... estaban ansiosos por venir —dijo Kathy sentada en el sofá de la sala de estar, habían llegado media hora antes de lo normal—. Prácticamente andaban saltando en la casa... —añadió riéndose por la reacción de sus hijos, habían despertado temprano en la mañana, sabiendo que iban a casa de su padre, y eso obviamente conllevaba, Olivia, Emily y el recién nacido.

—Tranquila Kathy, no hay problema —aseguró Elliot entregándole un vaso de agua fresca.

—No quisieron perder tiempo en tomar el desayuno en casa...

—Puedo entender por qué no me saludaron al llegar —rió, los chicos casi habían saltado al interior de la casa buscando por Liv, donde ella estuviera iba a estar el bebé.

—¿Cómo han sido estos días? —preguntó Kathy, ella se sentía tan cómoda alrededor de su ex marido, el tiempo había pasado y ahora era mucho más fácil para compartir.

—Para mi ha sido fácil... —tomó asiento al lado de Kathy—. Olivia es otra historia...—suspiró—, no recuerdo que fuera tan malo después de tus partos... incluso de los gemelos —comentó haciendo memoria, tres partos en su haber, podía hablar desde la experiencia.

—Mis partos fueron naturales Elliot, cesaría es otra cosa. Los doctores tiene que cortar piel, músculos, membrana y al útero para llegar hasta el bebé... —sonrió ante la mueca de Elliot—, es obvio que va a estar algo adolorida durante los primeros días —añadió tratando de aliviar a Elliot—. Hablando de Olivia, ¿dónde esta? —se había perdido durante los últimos veinte minutos conversando con Elliot.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now