Capítulo 22

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Olivia trato de volver inmediatamente al modo policía, no era la primera vez que una víctima le recordaba a su hija que estaba cómoda y bien protegida en su casa, y estaba más que segura que no iba a ser tampoco la última. Se acercó con cautela, la niña podía asustarse fácilmente, sobre todo si algo malo le había ocurrido en la calle.

Al parecer las enfermeras le habían dado algún baño, se veía bien a la vista, un poco más delgada de lo que debería ser, para su estatura. Se veía ligeramente pálida, contrarrestando el tono de su piel caramelo, un tono tan similar como el de Olivia. Elliot se quedó en silencio detrás de ella.

—Cariño... —Liv se iba acercando sigilosamente. La niña permanecía en posición fetal, sobre su lado derecho, mirando hacia la pared. Al parecer le gustaban los animales que estaban pintados en la pared.

A pesar de que la habitación era animada, se podía sentir la falta de hospitalidad en ese lugar y por supuesto la falta de padres al lado de la niña. Liv lentamente se paró frente a ella, interrumpiendo su línea de visión. Francisca levantó la vista para ver a la mujer desconocida frente a ella, se aferró más fuertemente a sus rodillas y cerró los ojos con fuerza.

—Soy policía, mi nombre es Olivia —la niña abrió los ojitos para verla.

—¿Eres policía? —preguntó tímidamente y Olivia buscó una silla.

—Sí y él es mi amigo Elliot —miró a Elliot, era mucho más que su amigo, sonrieron ante la complicidad.

—¿Van a buscar a mis padres? —preguntó con los ojitos llenos de esperanza.

—Sí, ¿sabes sus nombres? —la pequeña asintió, e hizo una seña—. ¿Necesitas esto? —preguntó viendo un pantalón que estaba apuntando la niña. Se puso de pie y fue a la silla donde estaba la ropa de la niña doblada.

—Sus nombres están en una pulsera que tengo ahí —dijo la niña buscando en los bolsillos. Sacó una pequeña pulsera de plata con un escrito en él. Miró a Elliot, quien se acercó y le entregó la pulsera.

—Voy a llamar a Fin —informó a Liv, con los nombres tenían que correrlos por la base de datos.

Salió de la habitación para hablar mucho más tranquilo en el exterior.

Liv sabía que una niña de esa edad no tenía sentido del tiempo, por lo que difícilmente podía responder hace cuanto tiempo que no estaba con sus padres así que empezaría con preguntas fáciles de responder sobre su vida.

—¿Recuerdas algo de papá o mamá? —preguntó.

Francisca iba a responder cuando sintió el ruido de la puerta, se volteó para ver a Elliot ingresando, su rostro era serio, había salido hace más de diez minutos. Liv asumió que estaba obteniendo algo de información, antes de contarle lo que Fin había encontrado.

—¿Has obtenido algo más? —preguntó Elliot.

Francisca para variar estaba más interesada en los monitos animados y en el postre que una enfermera había traído para ella mientras él estaba fuera. Los doctores estaban tratando de nutrirla un poco más, tenía suero en su mano derecha, pero algo dulce siempre podía ayudar un poco.

—Nada y ¿tú? —preguntó ella, vio por el rostro de Elliot que no eran buenas noticias.

—Ella estuvo involucrada en un accidente de coche —se puso de pie y se fue a uno de los rincones de la habitación para escuchar a Elliot—. Sus padres murieron en el accidente. Fin lo encontró en el sistema.

—¿Entonces no es una niña abandonada? —no sabía si aliviarse o no, después de todo la pequeña niña estaba en ese mundo sin sus dos padres.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now