Capítulo 75

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Olivia durmió aferrada a su hija prácticamente durante toda la siesta. Elliot había despertado un par de minutos antes y las estaba observando. Ella tenía abrazada a Emily con un brazo y su mano libre estaba apoyada en su vientre. Sonrió ante la imagen, un claro intento de, incluso en sueños de proteger a sus cachorros. Vio como ella se agitó y abrió los ojos.

—Hola —su voz era aún ronca por el sueño.

—Hola amor.

—Lo siento... estaba cansada —se disculpó por haber dormido gran parte de la tarde.

—Nena, está bien... además yo estaba aprovechando el momento —las había estado observado durante más de media hora y en realidad no se cansaba de hacerlo.

—¿Nos estabas mirando dormir? —preguntó levantando una ceja.

—Sí... me gusta —sonrió, era un placer para la vista ver a Olivia dormir. Antes ella despertaba muy temprano, pero ahora con el embarazo sus horas de sueño eran un poco más extensas y Elliot trataba de despertar antes para poder apreciarla—. ¿Tienes hambre? Puedo hacer algo para comer.

Ella sacudió la cabeza.

—En realidad no —dijo, tan sólo pensar en comer algo se le revolvía el estómago, sabía que nada tenía que ver con su embarazo, era todo sobre la situación.

—Olivia —usó su nombre completo y en un tono que para ella no era agradable porque sabía que lo usaba cuando quería de alguna manera advertirle que no estaba de acuerdo—. No es buena idea que pases mucho tiempo sin comer... no te hace bien, ni tampoco al bebé.

—Yo sé —tragó saliva—, pero en estos momentos sólo la idea de pensar en comer algo... —encogió los hombros—, por ahora no, quizás más tarde —añadió casi en tono de disculpa, era consciente de la preocupación de Elliot por su salud—. Más tarde cariño, lo prometo... necesito que hagas algo por mi.

—Claro, cualquier cosa.

—¿Puedes ponerte de este lado? —golpeó suavemente el espacio de cama que quedaba detrás de su espalda.

—Está bien —se levantó y se fue al espacio que Liv había señalado.

—¿Puedes abrazarme? Por favor —pidió, con la voz levemente temblorosa, necesitaba tener a las personas que más amaba con ella, saber que todo iba a estar bien aunque fuera por una semana.

Elliot la abrazó desde atrás, poniendo sus manos en el pequeño vientre.

—Cariño, sé que esto es difícil para ti pero también tienes que pensar en el bebé y todo este estrés no es bueno para ti —esperó algún tipo de reacción—. No queremos que termines en el hospital, ¿cierto?

—Yo sé El... sé que no es bueno pero no puedo evitarlo. Simplemente no me lo puedo quitar de la mente —respiró profundamente—. Mírala —acarició su mejilla suavemente para no despertarla—, no sé qué haría si no la tuviera... creo que me volvería loca.

Elliot besó su cuello.

—No quiero verlo —suspiró—. No después de todo lo que me hizo.

—Liv, no tenemos que hablar de eso...

—Elliot, por favor —interrumpió, ella tenía que sacar lo que estaba sintiendo de su pecho, de lo contrario iba a sucumbir en cualquier momento. Elliot se quedó en silencio—. No puedo creer lo que me gritó cuando estábamos interrogándolo... lo que te dijo de mí.

Elliot tenía en su memoria aún las palabras de Andrew, cuando le sacó en cara las veces que habían dormido juntos y como se sentía.

—Liv... cariño —cortó Elliot—. Me da igual lo que haya dicho amor porque sé que conmigo es diferente —besó su cabello.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora