Capítulo 57

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Olivia sentía como su estómago se convulsionaba solo de recordar el olor a mariscos. Había sido una pésima idea ordenar eso para comer y ahora que estaba vomitando sus tripas era aún más consciente de eso, pero en su momento le había parecido una buena idea.

—¿Liv? —escuchó a Elliot del otro lado de la puerta.

—Estoy bien —respondió débilmente, si él entraba en ese momento sabría que era lejos de estar bien. Estaba aferrada al borde de la tapa del inodoro, ligeramente mareada, con el estómago adolorido por la fuerza y la piel húmeda de sudoración—. Son solo las primeras semanas —se repetía, con Emily se había alargado un poco más, solo esperaba que con ese embarazo fuera diferente.

—Voy a entrar.

Una vez que Liv había salido volando del comedor, Elliot había llevado a la niña a la cuna para que estuviera en un lugar seguro mientras él se ocupaba de ella.

—El... no es necesa... —no alcanzó a terminar, otra ronda de náuseas la golpeó muy fuerte. No quería que Elliot la viera de esa forma, de seguro no era nada agradable. Ella gimió cuando sintió la mano fría de Elliot en su frente.

—Respira Liv —acarició su espalda.

Cuando ella terminó de vaciar su estómago él ya tenía preparada una toalla húmeda para que se refrescara y un vaso de agua.

—Lo siento —dijo ella entre sorbos de agua.

—¿Por qué?

—Porque esto es solo el principio.

Elliot puso su mano en la mejilla de Liv.

—Cariño, esto es normal. Estas en las primeras semanas de embarazo, es normal las náuseas y los vómitos. No te disculpes por eso.

—Está bien —respondió débilmente, sus energías habían abandonado su cuerpo—. Sé que es temprano pero, ¿podemos ir a la cama? —sin duda esta frase se repetía últimamente, ella estaba muy cansada durante los últimos días.

—Por supuesto cariño —sonrió—. Déjame ayudarte —se puso de pie para ayudarla a volver a sus pies. Trató de levantarla lentamente para que su estómago no se desestabilizara nuevamente—. Déjame llevarte a la cama —puso la mano detrás de la espalda de Liv, llegando a su cintura.

—Suena prometedor El... —dijo luchando por sonreír—, pero creo que no estoy en condiciones.

—Pensé que iba a tener suerte —bromeó.

Él por supuesto no pensaba hacer el amor con ella, sabiendo lo infeliz que era en ese momento. La ayudó a llegar a la habitación. Olivia se sentó en el borde de la cama y puso su mano en su estómago que aún era inestable.

—Vamos, acuéstate.

—¿Puedes votar la comida? Por favor —pidió ella, sólo recordar que la comida estaba aún en el plato la hacía sentir mal del estómago.

—Dame un minuto.

Salió de la habitación, fue al comedor y vacío todo en una bolsa, para luego echarlo en una segunda bolsa, asegurándose que no hubiera nada de olor de comida. Apagó la televisión, confirmó que la puerta estuviera cerrada y se fue nuevamente a la habitación. Emily ya había sucumbido al sueño afortunadamente.

—No debería haber pedido eso —se disculpó—. Sé que no te gustan los mariscos... pero realmente tenía ganas de comer —añadió cuando ya estaban acostados. Elliot tenía sus brazos alrededor de su cuerpo protectoramente, mientras ella apoyaba su cabeza en el torso desnudo de él.

—Cariño, era lo que deseabas en ese momento. No tengo problemas en poder proveerte lo que quieras pero creo que nuestro niña o niño no estaba de acuerdo con la elección de mamá —llevó su mano al vientre de Liv y puso su mano debajo de la camiseta de dormir.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now