Capítulo 133

852 46 1
                                    

—¿Quiere que me lo lleve para que pueda descansar? —preguntó la enfermera del segundo turno. 

Maureen había pasado a buscar a Emily al hospital para que Elliot no tuviera que estar saliendo y dejar sola a Liv, ella miro hacía Matías, ella estaba recostada sobre su lado izquierdo y el bebé profundamente dormido en el espacio de cama que quedaba.

—No... prefiero tenerlo aquí... con nosotros.

—Liv... sería mejor que lo llevaran para que puedas descansar, en casa todo será diferente —advirtió Elliot, él quería que tuviera tanta ayuda como fuera posible. Ella lo meditó un segundo, estaba realmente agotada y sabía que el bebé iba a despertar pronto.

—Va a querer comer en unas horas más...

—Se lo vamos a traer si es lo que quiere.

Olivia asintió, ella quería ser la única capaz de alimentar a su hijo, no quería biberones auxiliares aún, no durante sus primeras horas de vida.

—Esta bien... pero si despierta, ¿lo pueden traer de vuelta a nosotros? —no quería que su hijo despertara en un lugar desconocido para él.

—Claro —contestó la enfermera gentilmente.

Tomó al bebé de la cama de Liv y lo puso en la cuna portátil, sacándolo de la habitación.

—¿Estas bien? —preguntó Elliot al ver lo difícil que era para Olivia despegarse del bebé.

—Sí...

—¿Qué pasa amor? —preguntó sonriendo, estaba sentado al lado de la cama de Liv.

—Él es tan pequeño... no quiero que se sienta solo —susurró para que no pareciera absurdo.

—Él va a estar acompañado de un par de amiguitos Liv, te puedo asegurar eso.

—Aún así... —suspiró y puso su mano en el vientre vacío—. No puedo creer que hace solo un par de horas él estaba aquí —señaló su barriga que aún la hacía parecer embarazada—. Y ahora esta aquí... con nosotros —sonrió, Elliot llego a su mano.

—Lo sé... es difícil acostumbrarse rápidamente. Hemos tenido un día bastante loco.

—Cuando estábamos en casa, Emily me miraba con atención. ¡Dios! Espero no haberla asustado.

—Debería haber estado contigo... —apretó suavemente su mano. Cuando Cragen había llegado a la escena el corazón de Elliot casi se había arrancado de su pecho y se culpaba por no haber estado con ella cuando había comenzado el trabajo de parto.

—Tenías que ir a trabajar El... además no sabíamos cuando se iba desatar el trabajo... —puso su mano en su mejilla—, pero estuviste conmigo en la parte importante... gracias —acarició su mejilla, su rostro se veía cansado a pesar de irradiar felicidad—. Deberías haber ido a casa a descansar cariño.

—Mi lugar es contigo amor... acabas de tener a nuestro bebé, no puedo dejarte sola —besó la mano que Liv tenía en su mejilla—. Deberías dormir un poco amor... voy a estar justo aquí —aseguró, había dormido en lugares mucho mas incómodos, la habitación era cálida por lo que ni siquiera necesitaba una manta—. Duerme amor... voy a estar aquí cuando despiertes.

Olivia despertó cerca de una hora mas tarde, miró hacía su lado, Elliot estaba al parecer profundamente dormido, el había cruzado los brazos sobre el pecho, de seguro para mantener el equilibrio en la silla. Sonrió ante su terquedad en ir a casa, aunque sabía que era para estar con ella y acompañarla. Desvío la mirada hacía la puerta, la puerta se estaba abriendo, y podía escuchar un tímido gemido.

Renacer - BenslerOnde histórias criam vida. Descubra agora