Capítulo 123

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—¿Tuvieron algún dato? —preguntó el doctor en la habitación de Emily, si bien era cierto la pequeña no mostraba signos de ir empeorando y su estado de salud era bastante estable, tenían que hacer el procedimiento lo antes posible, el doctor les había advertido que la leucemia era como una bomba de tiempo, en cualquier momento estallaba y la salud de la pequeña empeoraría, él sólo quería evitar eso, y aprovechar el tiempo del diagnóstico precoz que afortunadamente les daba más tiempo que en otros casos.

—Nada. Dejé un mensaje en su correo de voz —respondió Elliot, él había llamado varias veces al móvil que suponían era de Andrew, pero sin éxito en contactarlo—. Voy a insistir más tarde —dijo él, luego de todos los exámenes que dieron negativo prácticamente había aceptado que la única opción para Emily a parte de un donante vivo, era la de su padre biológico, en el caso que éste tuviera la decencia de aceptar, ya que nada decía que él efectivamente iba a aceptar.

—¿Podemos hacer algo por mientras? —preguntó Olivia—. ¿Algo que ayude?

El doctor sacudió la cabeza.

—Un donante anónimo, en caso que no resulte con su... —se detuvo, casi había dicho papá—, con este hombre que me dicen ustedes, tendríamos que acudir al banco de donantes —indicó observando la preocupación en el rostro de ambos padres, algo a lo que él estaba bastante familiarizado pero no por eso era simple—. Es más voy a enviar los antecedentes de Emily a mis colegas para ahorrar algo de tiempo —dijo el Dr. Kalaf, su instinto le decía que no iban a encontrar a este hombre en un tiempo próximo.

Luego de una par de minutos más de conversación el doctor dejó la habitación.

***

—Ella se ve de mejor ánimo —dijo Kathleen junto a la cama de Emily, habían pasado después del colegio, la pequeña ya había pasado un fin de semana en el hospital y ellos la habían extrañado.

—Ha estado jugando y comiendo bien desde ayer —comentó Liv desde el sofá, con ambas manos apoyadas en su vientre en expansión, donde extrañamente el bebé estaba tranquilo.

—¿Y papá? —preguntó Lizzie que estaba sentada a los pies de la enorme cama de Emily.

—Fue a buscar algo de ropa para la noche —ya se había vuelto una rutina para ellos, pasar tanto tiempo como les fuera posible en el hospital y turnarse para ir a casa a dormir—. ¡Ugh! —se quejó, una patada la había tomado por sorpresa.

—¿Estas bien? —preguntó Kathleen viendo la mueca en el rostro de Liv.

—Sí... —susurró—, su hermano acaba de despertar y él quiere que todos sepamos —añadió sonriendo ante el intempestivo movimiento de su pequeño hijo.

—¿Se esta moviendo? —preguntó Lizzie entusiasmada.

—Sí... bastante —hizo círculos suaves en su barriga—. ¿Quieres sentir?

—¿Puedo? —preguntó asintiendo.

Olivia le hizo un gesto con la mano para que fuera hacía el sofá, junto a ella.

—Claro que puedes cariño, dame tu mano —la puso donde sentía que el bebé estaba dando volteretas.

—Guau... —dijo Lizzie, pocas veces se había atrevido a pedir a Liv poner sus manos en el vientre, para no ponerla incómoda.

—El bebé se esta comenzando a acomodar para el parto —informó ante la mirada de asombro de la niña por los bruscos movimientos de su hermanito.

—Yo... mami —Liv miró a la cama donde Emily estaba hablando.

—Kathleen, cariño, puedes traérmela, por favor —ella se hubiera levantando feliz, salvo que estaba teniendo un dolor de espalda terrible.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now