Capítulo 56

1K 48 4
                                    

Salieron de la oficina de Cragen a penas Morris les dio autorización. Ambos sonrieron. Elliot quería desesperadamente poder besarla.

—¿Las cunas? —preguntó él.

Ella asintió.

Caminaron en dirección a las escaleras, cuando llegaron arriba Elliot tomó las mejillas de Olivia entre sus palmas y la besó, profundamente. Ellos gimió como respuesta. Los brazos de Liv viajaron hasta el cuello de Elliot y se entrelazaron en su nuca, permitió el acceso a su boca sin resistencia, devolviendo con fervor el beso. Cuando ambos requirieron aire se separaron.

—Guau... —,dijo ella sonriendo.

Luego de recobrar la respiración se abrazaron por unos minutos, agradeciendo en silencio que no iban a ser separados, uno de sus peores miedos, y volvieron a besarse.

Cuando Liv sintió la mano de Elliot en la parte delantera de su blusa, se echó un poco para atrás, separando sus labios, poniendo su frente junto a la de él. Reguló su respiración con dificultad.

—El, amor, quiero... créeme —sonrió ante su desesperación—, pero no aquí.

Elliot no era consciente del lugar donde estaban, se había dejado llevar.

—Liv, lo siento —se disculpó, habían jurado no llevar eso al trabajo.

—Está bien cariño —acarició su cara, ella sabía que era una forma de aliviar toda la tensión que habían tenido hasta hace un par de minutos atrás—. Yo no lo siento. No siento que mi novio desee hacer el amor conmigo —dijo sin poder quitar la sonrisa de felicidad en su rostro—. Te amo —beso sus labios, esta vez un poco más suave que el anterior.

—Creo que es buen momento para volver —dijo cuando su cuerpo se enfrió y ya no era visible su gran emoción por Olivia.

—Yo no quiero que piensen que estamos haciendo algo —sonrió, consciente de que habían estado a punto de tener relaciones en las cunas de su trabajo, aunque ambos estaban seguros que sus compañeros ya creían que habían bautizado el lugar.

—Vamos —besó su cabello—. Te amo hermosa —no podía evitar verla y amar cada centímetro de ella.

Habían dado el último paso fuera de la escalera cuando Cragen apareció en la sala buscando por ellos.

—Ustedes dos, a mi oficina —dijo Cragen señalando a Elliot y Olivia. Tanto Fin como Munch se miraron, ya era demasiado y ellos querían saber qué demonios estaba pasando, pero tenían que esperar.

—¿Y ahora qué? —se preguntó Elliot observando a Olivia.

Caminaron en silencio hasta la oficina de Cragen y éste les invitó a tomar asiento, esta vez en un tono muy diferente al que había usado antes con ellos.

—¿Puedo permanecer de pie? —preguntó Elliot.

Cragen asintió, Olivia no objetó en sentarse. El capitán tenía una característica, siempre era directo.

—Ahora que asuntos internos sabe de tu embarazo quiero saber ¿cuándo le vas a contar a tus compañeros?

—Pronto. ¿Por qué? —preguntó Olivia directamente al igual que su jefe.

—Bueno, porque debo ponerte en trabajo de escritorio y ellos van a preguntar por qué.

—No quiero trabajo de escritorio —refutó al instante—. No todavía.

—Olivia, Morris fue claro, él no va a arriesgar tu salud y la del bebé, yo tampoco, y estoy seguro que Elliot tampoco —buscó la aprobación de Elliot, quién asintió en respuesta. Él estaba agradecido de tener algo de respaldo, una cruzada con Cragen para que ella dejara el trabajo de campo siempre era bueno.

Renacer - BenslerWhere stories live. Discover now