Capítulo 67

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—¿Lista para ir a casa? —preguntó Elliot al ver a Olivia hurgando en su escritorio. Ella levantó la vista para verlo con ambas chaquetas en su brazo.

—Hmmm sí, solo estaba buscando algo —cerró el cajón con desconsuelo—. Pensé que había dejado una barra de chocolate —añadió con cierta resignación.

—Lo tenías, pero te lo comiste después de llegar del doctor —sonrió.

—Oh, creo que lo olvide —tomó su chaqueta del brazo de Elliot.

—¿Todo bien? —arqueó una ceja, ella estaba algo pensativa y desconcentrada.

—Sí todo bien. Sólo quiero llegar a casa, ha sido un largo día y quiero ver a Emily —sonrió débilmente, respuesta que no convenció mucho, algo había en su mirada pero como siempre iba a esperar a que ella estuviera lista para hablar.

Cuando llegaron a casa, Liv fue la primera en ingresar. Lo primero que vio fue a su pequeña hija dormida en el sofá y la televisión encendida aún en el canal de niños. La imagen hizo que su corazón doliera, la niña estaba aferrada a una polera que ella reconoció como la que usaba para ir a dormir, que en algún momento perteneció a Elliot. Teresa ingresó a la habitación.

—Intente llevarla a su cuna varias veces pero cada vez que lo hacía ella despertaba y preguntaba por usted —se dirigió hacia Olivia.

—Está bien. Voy a llevarla yo —se acercó a la niña, se agachó para quedar frente a ella, la pequeña estaba al parecer profundamente dormida, su pecho subía y bajaba rápidamente. Besó su frente, sintiendo su olor a bebé que amaba—. Gracias por todo Teresa.

—Nos vemos mañana —se despidió la mujer tomando sus cosas y saliendo de la casa.

Liv se hincó sobre la alfombra de la sala de estar para acariciar el cabello de su hija. Cuando habían salido en dirección al doctor habían dejado dormida a la pequeña y ahora la encontraban profundamente dormida. Elliot se había acercado a ellas y besó la frente de la pequeña

—Voy a tomar una ducha —se dirigió a Liv, no quería interrumpir el momento de ella.

Olivia solo asintió.

Cuando Elliot salió del cuarto de baño, fue a su habitación pensando que Olivia ya estaba en la cama, fue a la habitación de Emily y tampoco estaban, sólo había un lugar donde estaban pensó Elliot, por lo que recorrió el pasillo para llegar a la sala de estar. Liv había tomado a Emily en sus brazos.

—Te extrañé tanto princesa. Sabes que te amo, ¿cierto? —le preguntaba Liv a la pequeña dormida en sus brazos.

—Liv —ella levantó la vista para ver a Elliot, torso desnudo vestido solo con un bóxer—, amor vamos a la cama —instó y ella asintió. Él caminó hacia el sofá y le tendió una mano para ayudarla a ponerse de pie—. Necesitan descansar —besó su frente.

—Yo sé, sólo quería tenerla un par de minutos y sentirla junto a mi —contestó ligeramente angustiada.

—Yo sé Liv, yo sé.

—Voy a llevarla a su cuarto.

—¿Quieres que duerma con nosotros? —preguntó, por supuesto él no tenía problemas en dormir con su hija, ella lo pensó por unos minutos.

—¿No te importa?

Elliot negó con la cabeza.

—Por supuesto que no. ¿Qué mejor que tener a mis dos hermosas mujeres junto a mi?

—Tres —dijo Liv y él arqueó las cejas.

—¿Tres? —ella sonrió—. ¿Ya sabes? —preguntó luchando por no parecer desilusionado, no porque fuera una chica, sino porque él no estaba presente cuando su novia se enteró. Ella sacudió la cabeza de un lado a otro suavemente.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora