Capítulo 24 (+18)

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Olivia se inclinó hasta quedar sentada sobre la cama. El pudor claramente ya se había ido, reemplazado sólo por el amor y el deseo por ese hombre maravilloso que estaba a su lado. Se inclinó un poco más llegando a los labios de Elliot y besándolo con tanta pasión que incluso ella estaba sorprendida.

Mientras lo besaba luchaba con cada uno de sus botones. Cuando llegó al último deslizo la camisa sobre sus brazos y la lanzó al suelo de la habitación. Sus manos fueron a sus pectorales duros, bien trabajados. Lo había visto sin polera antes, en la mitad de su cocina, pero esto era diferente, lo estaba desnudando en la mitad de su habitación, con una cama incluida, claramente era una diferente situación. Se tomó su tiempo para acariciar su torso desnudo. Deslizó su mano por su cuerpo caliente, ambos se habían volcado sobre sus rodillas para más comodidad, frente a frente. Liv siguió bajando a través del cuerpo de él, llegando a su cinturón, pero no se detuvo ahí, bajó un poco más hasta que llego donde quería. Comenzó a rozarlo suavemente, sintiendo lo duro que estaba, todo por y para ella. Ambos se quejaron ante la sensación.

Elliot sentía la presión de su ropa contra su hombría, definitivamente se sentía que iba a explotar en algún momento. Ella lo tocó y tocó incansablemente, sólo podía imaginar la sensación de Elliot en ella, pero estaba vez no quería imaginar, quería hacerlo realidad.

Detuvo sus movimientos, sin dejar de besarlo. Su mano subió un poco hasta llegar al cinturón, se ayudó con su otra mano para poder quitarlo de la hebilla. Las manos viajaron una al botón y la otra a la cremallera, desabrochando y bajando el cierre lentamente. Respiraban con dificultad a través de los besos, estaban increíblemente encendidos. Liv en un solo movimiento deslizó su mano dentro del bóxer de Elliot, recibiendo a cambio un gemido.

—Mierda... Liv...

Pudo sentirlo, grueso, duro, grande. Lo acarició un par de veces con dificultad, su mano no podía tomarlo completamente.

—Oh... Liv... —jadeó. "Tiene que parar, o de lo contrario van a acabar las cosas aquí mismo." pensó.

Ella detuvo lo que estaba haciendo. Sonrió y bajó el pantalón de Elliot lo que más pudo. El bóxer había quedado ligeramente cubriendo su cuerpo. Negó con la cabeza, lo quería desnudo. Elliot le prestó algo de ayuda para acelerar el proceso, se estaban tomando su tiempo, pero aun así estaban al borde de la desesperación.

Se recostó en la cama, poniendo la mano en el cuello de Elliot para posicionarlo sobre ella. Estaba lista, desde hace mucho tiempo que estaba lista para él. Elliot la besó profundamente, no quería nada más en este momento que estar dentro en ella, pero no quería apurar nada. Todo se sentía tan bien, como un sueño, mucho mejor que uno en realidad.

Mientras la besaba, con su rodilla separó los muslos de Liv. Ella no opuso resistencia y abrió las piernas. Quedó entre ellas, su pene golpeando su núcleo suavemente mientras se besaban.

—Dios... —se quejó ella.

Elliot estaba en su entrada, a punto de estar en ella pero se acordó de algo, era un pésimo momento, algo que no habían hablado antes.

—Liv, ¿condón? —preguntó.

Ella sacudió la cabeza de un lado a otro, no estaba en control de la natalidad, pero sabía que no estaba en esos días.

—No va a pasar nada. Te lo prometo —aseguró. Elliot asintió y lentamente se deslizó un poco en su interior—. Oh... —se quejó solo al sentir la punta del pene de Elliot en su interior. Iba a doler, lo sabía, después de todo era mucho tiempo sin estar sin ningún hombre en ese lugar.

—Voy a ir despacio —dijo Elliot consciente de su tamaño y sintiendo lo apretada que ella era.

Liv tomó una respiración profunda y asintió. Él se movió lentamente hasta quedar profundamente enterrado en ella. Ella se mordió el labio para no gritar, una mezcla de dolor y placer, Elliot era enorme y la llenaba por completo. Él pudo ver la mueca de dolor en su rostro, no quería causar nada de dolor, pero no podía evitarlo, era bien dotado.

Renacer - BenslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora