.•°•.|CXLII. "Nos volveremos a ver"|.•°•.

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— No nos volveremos a separar, ¿comprendido? — habló el líder en cuanto Changbin le informó de la situación. — Jeongin y yo iremos al frente. Luego Seungmin y Hyunjin. Al final Félix y Changbin, y los demás en medio. — dijo en voz alta, mientras salía de la habitación siendo perseguido por el equipo. — Nos hemos enfrentado a ellos muchas veces. Vamos a estar bien . . . Porque vamos a estar juntos.

Y tras decir ello salieron en la formación que había indicado anteriormente.

El cielo estaba despejado. La noche ya pintaba el firmamento, y el viento corría sin cuidado alguno con libertad. Los ojos de Chan recorrían cada casa que saltaba a la vista, agudizando su audición por si él o los intrusos  hacía algún ruido. Lo que más dificultaba la búsqueda era la oscuridad que formaban algunos callejones, pese a que los faros alumbraban la calle.

Todos guardaron silencio por varios segundos, realizando una búsqueda en conjunto, hasta que Jeongin se adelantó repentinamente en cuanto notó una silueta. Chan quiso llamarlo, pero en un intento de no hacer bulla, se acercó rápidamente a él y lo  tomó por el brazo.

— ¿Qué haces? — le susurró, pero el menor seguía mirando al frente, en la intersección de dos casas. — ¿Quién-

Pero entonces calló cuando el desconocido comenzó a salir de la oscuridad, caminando hacia ellos lentamente, aún mirando fijamente al rey Yang. Mientras tanto, los demás habían decidido quedarse dónde estaban hasta que el líder los mandara a hacer algo.

Jeongin frunció el ceño desconcertado, pero a la vez recordando la primera y única ocasión en la que vió a aquel muchacho. Lo más sorprendente para él es que recordaba su nombre, ya que le había causado cierto impacto su excéntrico comportamiento.

— Beomgyu, ¿no es así? — le preguntó al menor que llevaba una expresión de desconfianza y preocupación. — Me recuerdas, ¿verdad? . . . Soy el rey Yang. Dijiste que vendrías aquí, y veo que es es así pero, ahora mismo no deberías estar andando en la calle. El toque de queda-

— Disculpe, majestad. — le interrumpió el menor con la cabeza gacha. Ahora parecía estar apresurado por algo. — Debo buscar a-

Pero entonces, el estrepitoso ruido de algún o algunos objetos estrellándose contra el piso, llegó desde el otro lado de las casas que estaban a su derecha, interrumpió al menor, quien miró en aquella dirección alarmado, poniéndose de repente tenso.

— ¡Debo irme! — exclamó sin más, corriendo sin dudar hacia el origen del bullicio.

Jeongin estuvo a punto de seguirle el paso, pero un Chan que hasta ese momento había decidido no interceder, lo sujetó de la mano, obligandole a mirarlo.

— ¿Quién es ese chico y cómo lo conoces? — preguntó verdaderamente confundido con todo lo que estaba pasando.

— Yo . . . — intentó responder el menor, pero ni siquiera él sabía. — No lo sé.

— ¿Qué? ¿Cómo que no? Si sabes su nombre. Necesito saber si es peligroso o si es uno de ése planeta. No sabré dirigirnos si no sé a qué nos estamos enfrentando-

— Es sólo un niño, Chan. — le dijo rápidamente. También estaba confundido, pero algo lo llamaba a ir por él cuanto antes. — Tenemos que ayudarlo.

Tras aquella respuesta insatisfactoria, el menor se soltó del agarre y se tele-transportó, desapareciendo sin decir más. Bang se giró a ver a su equipo, dándose cuenta que sólo estaban Woojin y Chaeryeong. Los miró escéptico y con la mirada preguntó: ¿Dónde está todo el mundo?

— ¿En qué momento . . . ? — no fue necesario terminar de desarrollar bien su pregunta, puesto que Kim entendía su interrogante.

— Es mejor que vayamos ahora.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Where stories live. Discover now