Mantuvo los ojos cerrados unos segundos, estando en completo silencio. Estaba en un lugar tranquilo, y al que iba seguido, pero sabía que a pesar de eso nunca llegaría a sentirse bien por estar ahí. Escuchó el sonido emitido por algunas aves que se encontraban en los altos árboles lejanos. El viento corría entre las hojas verdes, originando un armonioso ruido que le causaba paz. Sintió la brisa pasar por su lado y acariciar su cabello con delicadeza, y entonces la imagen de él llegó a su cabeza irremediablemente.
"Hasta el aire me recuerda a él" pensó mientras fruncía los labios.
En cuanto sintió la presencia de alguien más, quien le colocó la capucha de su abrigo con la intención de molestarlo, abrió los ojos y la miró algo desconcertado.
— Creí que estarías ocupada ensayando para tu coronación. — comentó él antes de siquiera saludar.
Su hermana se cruzó de brazos, manteniendo su vista fija en la lápida de Yuna.
— ¿Cómo llegaste aquí solo? Se supone que siempre te acompaño porque te pierdes apenas pisas el laberinto. — indicó la menor aún sin mirarlo. El más alto se encogió de hombros y se colocó la capucha de inmediato. — En realidad ya lo tienes memorizado, ¿no es así? . . . Es sólo que prefieres venir a verla junto conmigo. — ante su silencio, la peli negro supo que tenía razón. — Pospuse mi ensayo, porque sabía que estarías aquí solo.
— Siempre vengo a éstas horas . . . No vas a posponer tu ensayo cada día sólo por mí. — la regañó sin ser agresivo. — Ya no debo ser tu prioridad, Lia.
— Lo sé . . . Lo sé. — admitió cabizbaja. — Vine a decirte que no está bien que sigas aferrándote a la idea de que viniendo aquí estarás cerca a ella. Yuna se fue hace casi dos años, Hyunjin. Es así.
El mayor asintió lentamente. Se había resignado hace mucho ante la realidad, pero eso no significaba que sería tan fácil desligarse de ella. Aún se le dificultaba pensar en su hermana y no sentir pesar.
— Intento no aferrarme . . . Pero es nuestra hermana, Lia. Yo simplemente no puedo-
— Es porque tu mente no anda ocupada como la mía, o como la de Yeji seguramente. Dejaste de ser rey, y has vivido dentro de tu cabeza todo éste tiempo. Sigues viviendo en el pasado. No puedes seguir así. Cuando yo sea la reina, estaré muy ocupada y no quiero andar pensando en que mi hermano no está viviendo su vida y se sigue aferrando a los recuerdos de nuestra hermana muerta. Hay que avanzar, Hyunjin. Los dos juntos. — le dijo con firmeza, tomando su mano después de mencionar la última palabra y tratando de encontrar algún cambio en su expresión. — Debes ir en busca de tu felicidad. Desde dejar de negarte ser feliz . . . Deberías buscar a Seungmin.
— ¿Para qué? . . . Él debe estar tan ocupado como los demás o como nuestro padre. Además . . .
— Entonces no lo sabes. — manifestó la menor sin estar verdaderamente sorprendida. Se lo había esperado, puesto que Hyun se había aislado del mundo exterior desde hace mucho.
— ¿De qué hablas? — interrogó el más alto, mirándola fijamente.
— Seungmin abdicó hace tiempo. Ya no es más el rey Seung. Su padre volvió a tomar el cargo de monarca, y el único heredero al trono será su hermano menor. — respondió la menor con simpleza, pero habiendo logrado cambiar la expresión de su hermano en cuestión de milisegundos.
— ¿Qué? ¿En serio? — cuestionó el mayor escéptico.
— Sí. No lo han vuelto a ver, pero sigue viviendo en el palacio. La opinión pública fue muy dura con él, así como lo fue contigo también. Los dos corrieron riesgos muy grandes haciendo eso. — aclaró tranquilamente. Soltó la mano del más alto y entonces agregó — Idiotas.
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
Fanfiction«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
