.•°•.|CXXV. Recuperar|.•°•.

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Y mientras Félix trabajaba al lado de su secretaria y más personas del reino, algunos de sus compañeros decidieron dar inicio al plan, que aparentamente era factible para todos, aunque nunca se sabía con Minho.

El primero fue Jeongin, quien, antes de entrar en acción, fue debidamente aconsejado por Chan, por cómo debía comenzar a hablar del tema principal, que era explicarle que no había sido secuestrado ni mucho menos.

Yang tocó la puerta de la habitación de Minho, el cual no había salido de ahí desde que se encerró (a excepción de aceptar comida). La puerta fue abierta con éxito después de tanta insistencia. Lee sólo le dedicó una mirada llena de recelo al menor frente suyo.

— ¿Qué quieres?

— No estás secuestrado, Minho. Puedes salir si quieres-

— ¿Qué tipo de secuestrador me dice eso?

— Oye, idiota, estás en un palacio, no seas ridículo. — perdió la paciencia en unos cuantos segundos. El mayor se vió ofendido por la informalidad. — Lo siento. Ammm . . . Los chicos y yo queremos demostrarte que somos tus amigos.

— ¿Qué piensas hacer? — interrogó como si hace unos segundos no lo hubiera ofendido.

— Pues, sólo contarte uno de los recuerdos más graciosos que comparto contigo. No es la gran cosa, pero eso tal vez ayude a tu memoria. — respondió el menor con simplicidad.

— ¿Quieres decir que tú y yo somos amigos cercanos? — cuestionó el peli negro escéptico.

— Ah, sí. Supongo que sí. Confiamos mucho en el otro y-

— Habla de una vez. Sabré si estás mintiendo o no. — y tras interrumpirlo se cruzó de brazos, esperando a que el contrario comience.

El menor de repente se puso nervioso ante su mirada.

Unas horas antes, Chan le había explicado a Minho cómo había perdido la memoria, pero él ni siquiera le había abierto la puerta en ese entonces, por lo que Bang se mantuvo detrás de la fría madera hablando solo, por lo tanto, no sabían si el peli negro conocía la historia. Aunque en ése preciso momento Yang supuso que estaba al tanto, puesto que no había preguntado por ello y estaba abierto a distintas alternativas.

— El plan de los celos. — dijo sin más el menor, y Lee enarco una ceja desconcertado. — Cuando te gustaba Hannie, y descubriste que tú también le gustabas, aceptaste mi plan, el de causarle celos conmigo. Nos comportamos como una pareja. Nos decíamos apodos cursis y-

— Espera . . . ¿Hannie?

Jeongin pensó por un momento que el mayor estaba recordando, por lo que asintió eufórico y con una sonrisa deslumbrante, pero que se apagó rápidamente en cuanto Minho agregó:

— Hani, ¿mi ardilla? Eso es turbio.

— ¿Qué?

— ¿Cómo sabes de ella?

Jeongin estaba incluso más confundido que él.

Realmente no recordaba a ninguno.

Eso dolía . . . Sorprendentemente.

— Hablo de Han Jisung, Minho. — murmuró en voz baja, y con la tristeza notable en su tono de voz.

— ¿Han Jisung? . . . Para ser sincero me suena el nombre, pero . . .  — habló con tal naturalidad que Yang decidió darse por vencido y dejarle el trabajo a alguien más.

— Creo que fue muy pronto para hacerme ilusiones. Está bien si aún no recuerdas nada. — manifestó, dejando a Lee sin palabras. Ese chico realmente parecía estar hablando con sinceridad. — Te dejo en paz. — y tras decir ello se fue del lugar casi arrastrando sus pies con cada paso.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora