«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
— ¿No se supone que la idea era secuestrar a Hyunjin? — cuestionó Yugyeom mientras observaba a las muchachas que habían traído consigo.
Jungkook aún las miraba con plena atención. Ambas aterradas y sentadas en la esquina de aquel lugar. Totalmente arrinconadas.
— El plan cambió. — informó Kook con tranquilidad.
— ¿Qué significa eso? — cuestionó Hoseok desde el muro en donde estaba apoyado.
— Bueno . . . A quien realmente necesitamos es a la llave. Sin ella esos reyes no pueden avanzar.
— ¿La idea no era apresurarlos? — interrogó Yugyeom aún más confundido.
Jungkook se giró a ver a ambos compañeros, totalmente inexpresivo.
— Necesitamos conseguir al menos una parte del hechizo para que no me roben mi libro mágico.
— Dirás: nuestro libro mágico. — aclaró Yu con seriedad.
Jung le hizo caso omiso.
— Lo conseguiremos si logramos obtener a Chaeryeong, y ¿cómo va a cooperar el rey Hwang? Con amenazas, por supuesto. Y es muy complicado secuestrar a Seungmin, así que sus hermanas también son una buena opción. — explicó el menor con simpleza. Era como si lo hubiera analizado un buen rato. — Simple, ¿no?
— ¿Y cómo se supone que vamos a conseguir a Chaeryeong? — preguntó Hoseok curioso. — ¿Debo modificar aún más el laberinto?
Jungkook negó, luego miró a Yugyeom y sonrió sutilmente.
— Llegó tu momento de brillar. — le dijo con una pizca de euforia.
— Yugyeom se especializa en magia oscura, pero eso está prohibido. Es ilegal. — comentó Hoseok de repente.
— Pero no estamos en el planeta de hechiceros. — manifestó Jungkook sin dejar de mirar a Yugyeom.
— Pero si alguien se entera, puede afectar la alianza que tenemos con éste planeta. — volvió a hablar el mayor de los tres de forma prudente.
Sin embargo, y pese a todos los riesgos, Yugyeom sonrió ladino y salió de aquel lugar sin decir palabra alguna. Aún así Jungkook supo que él se iba a encargar de traer a Chaeryeong consigo, por lo que volvió a mirar a las hermanas Hwang.
Por alguna razón verlas tan indefensas y vulnerables le hacía sentir más fuerte e indestructible.
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De un segundo a otro Jeongin deshizo el campo de fuerza y salió junto con Seungmin, no sin antes encerrar a Yeji y Chaeryeong en una barrera psíquica.
— ¡Jeongin! — exclamó su esposa con claro miedo en su mirada. Yang se acercó a la pared traslucida y le sonrió.
— Todo va a estar bien. — indicó para que se mantenga tranquila. — Sólo preocupate por ti misma por primera vez.