.•°•.|CXLIV. Ubicación|.•°•.

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Y aunque la noche parecía ser tranquila, dentro de la cabeza de Chaeryeong había todo menos tranquilidad.

Despertó de golpe, abriendo de más los ojos,y sintiendo cómo su pulso era más acelerado que el de una persona que recién se levantaba después de dormir toda la noche.

Inmediatamente fue a alistarse lo más rápido posible, para entonces salir casi corriendo con dirección a la habitación del rey Kim. Tocó la puerta, e insistió varias veces más, aún siendo consciente de que era bastante temprano. Sin embargo, la puerta fue abierta antes de lo esperado, y un bien vestido Woojin la recibió con sorpresa.

— Buenos días, Chae-

Pero la menor no dejó que terminara de hablar y se adentró a su habitación con velocidad. El mayor decidió hacer caso omiso a su comportamiento y seguirle la corriente, siendo paciente, como siempre intentaba.

— ¿Te encuentras bien? ¿Cómo amaneciste? — interrogó tranquilamente, a pesar de ver que la castaña no parecía estarle prestando atención.

Chaeryeong estaba poniendo en orden sus pensamientos. La noche anterior había tenido un sueño muy extraño, en el que cambiaba de escenario muchas veces y veía a personas que no conocía. "Eso no puede ser un sueño" pensó con seguridad. Ya se sentía lista para empezar a hablar.

— No pude dormir más. Ayer, antes de cerrar los ojos, estaba repitiendo en mi cabeza la parte que tenemos del hechizo, hasta que me quedé dormida y . . . — se acercó furtivamente al más alto, con los ojos puestos en él y una expresión levemente alterada. Parecía que no tenía las palabras exactas para explicarse.

— ¿Y? ¿Soñaste algo importante? — resaltó su interés con esas dos preguntas.

Chae asintió repetidas veces.

— No sé cómo pudimos ser tan ciegos. — murmuró ella, comenzando a sonreír, confundiendo aún más a Kim. — Fue incluso más claro para ustedes.

— ¿De qué hablas? ¿Qué fue claro? ¿Qué sabes? . . . ¿Acaso . . . ?

La menor volvió a asentir sonriente. Lo tomó por los hombros y le dijo con voz clara, alta y firme:

— Ya sé dónde está el libro mágico.

— ¡Bruja! ¡Aparece ya, bruja! — vociferó JungKook apenas ya se encontraba dentro de la cueva

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— ¡Bruja! ¡Aparece ya, bruja! — vociferó JungKook apenas ya se encontraba dentro de la cueva.

Había estado buscando durante horas al ladrón del libro estrella, pero pese a sus esfuerzos, no se pudo captar nada, ni a nadie. Así que estaba más que molesto. Había perdido su penúltima y más importante oportunidad de detener a los reyes de la tierra. No tenía más alternativas, ni mucho menos tiempo. Se le acaban las ideas, y lo único que evitaba que perdiera el control por completo era el acuerdo que había hecho con la bruja Rosé. La necesitaba más de lo que quería demostrar, y ella lo sabía.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora