Era extraño darse cuenta que ya se estaba acostumbrando a recibir reverencias de cada persona que pasaba cerca a él. Aunque, después de todo, había vivido más tiempo como príncipe, que como alguien en igual de condiciones que otros. Y se dio cuenta de ello mientras se dirigía a la biblioteca, en busca de su hermana menor, estando dispuesto a ceder ante los deseos de ella y someterse a un cambio de look.
Yuna estaba ahí, leyendo uno de los libros de romance más famosos del mundo, tan concentrada que ni notó cuando Hyunjin estuvo a menos de un metro de ella, dispuesto a hacer lo que más disfrutaba, asustarla.
— ¡Boo! — exclamó tras sacudir sus hombros con fuerza, para que el efecto de susto sea más efectivo.
— ¡Hyunjin! — gritó la menor mientras llevaba una de sus manos a su pecho. — ¿Nunca se te quitará lo estúpido?
— ¿Nunca se te quitará lo fea? — cuestionó en broma, pero la rubia se vio ofendida.
— Los Hwang tienen la suerte de ser hermosos, ¿de acuerdo? — dijo ella con elegancia. Hyunjin rió.
— En realidad tenemos los genes. — habló vanidoso y la menor sonrió divertida.
— Espero que haya valido la pena haberme arruinado la lectura. — manifestó mientras cerraba el libro que segundos antes había estado leyendo. — Romeo y Julieta es una obra de arte que no puedes interrumpir de la nada con tus idioteces.
— Ay. — le miró indignado. — Pensé que te alegraría saber que estoy dispuesto a sacrificar mi cabello, dejándolo en tus manos.
— ¿En serio te dejarás pintar el cabello por mí? — cuestionó con leve emoción.
— Me dije: ¿Por qué no? — explicó con simplicidad. — Además, quiero renovar mi . . . ¿cabeza?
Yuna no esperó más e inmediatamente se lo llevó del lugar. Y antes de lo que Hyunjin podría procesar, todo ya estaba listo para su transformación, y para su sorpresa, también estaba Lia presente, observando sentada en la cama cómo es que la menor de los hermanos preparaba el tinte.
— Tenía planeado quedarme en mi habitación leyendo, pero lo que hace Yuna es realmente interesante. — comentó Lia de buen humor. — Y aunque le dijera que no haga ese tipo de cosas, sé que no me hará caso.
Hyunjin asintió sonriente, estando de acuerdo con ella.
Después de unos minutos, en los cuales Yuna había empezado, con Lia observando, y sintiendo su cabeza húmeda, Hyunjin se cuestionó el verdadero porqué por el que se estaba haciendo ese cambio de apariencia. En realidad . . . Él quería dejar todo atrás. Sus recuerdos con Seungmin y la despedida que jamás existió no lo habían dejado dormir bien, el recuerdo de su sinceridad dolorosa hacia Jeongin lo destrozaba por dentro, y miles de preguntas sin respuesta hacían que se le sea difícil descansar por lo menos unos segundos. Estaba cansado, pero descansar lo hacía sentir culpable por todo lo que había pasado, porque después de todo, él había comenzado el caos irreparable, el caos incontenible, el caos interminable.
Sin darse cuenta, ya tenía un espejo de mano frente a él, demostrando el cambio de imagen que había obtenido. Yuna parecía estar orgullosa de su trabajo, y Lia se veía sorprendida. Sin embargo, y sin razón aparente, Hyunjin comenzó a llorar, bañando sus mejillas de lágrimas, tan rápido que no tuvo tiempo para ocultar el malestar con el que había estado viviendo todo ese tiempo.
— ¿Qué pasa? ¿No te gusta? — interrogó con preocupación su hermanita menor.
El ahora castaño negó, intentando secar sus lágrimas.
— No es eso . . . — confesó entre sollozos. — . . . Yo . . . hice todo mal . . . desde un principio . . . Yo comencé todo . . . Todo es mi culpa . . .
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
Fanfiction«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
