.•°•.|LXXXI. Nueva generación|.•°•.

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No estaba acostumbrado a despertar y encontrarla a su lado.

Yeji era totalmente hermosa a sus ojos, pero a pesar de eso, por alguna extraña razón, Jeongin no sentía lo que debía sentir por su esposa.

Que haya sido un matrimonio arreglado influia mucho, pero mientras más pensaba, más se daba cuenta que nunca se había fijado en alguna muchacha en su vida. La única que persona que le había gustado era Hyunjin, y aún se preguntaba si por lo menos seguía sintiendo alguna mínima parte de lo que había sentido por él tiempo atrás.

"Sería desastroso" pensó convencido.

Se levantó de la cama y como era costumbre, se fue por un vaso de agua. Mientras bajaba las escaleras recordó distintas situaciones que había vivido en aquel lugar tan acogedor. Debía admitir que estaba feliz de haber vuelto, aunque sea por un corto tiempo.

Al entrar a la cocina se encontró con Jisung, quien dejo de beber de su vaso y los saludó con un ademán de mano y una sonrisa feliz. Jeongin correspondió al gesto y se adentró por su objetivo principal.

— Pensé que sería el primero, pero tú ya estabas despierto. — comentó Yang mientras servía el agua.

— Bueno, sí. La verdad es que no pude dormir. — confesó Han con voz apagada.

— ¿Por qué?

— Nunca había dormido con alguien que no fuera Minho . . . Y bueno, Ryujin patea mucho. — tras decir eso no pudo evitar reír y el menor sólo le sonrió divertido. — La verdad es que estoy nervioso por lo de hoy. Soy yo quien debe dar el primer paso, ya sabes, en el plan.

— Ah, eso. Yo sé que lo harás bien, Jisunggie. No te preocupes demás. — le recomendó mientras comenzaba a beber de su vaso.

Han sólo asintió. Se lo quedó mirando, y tras pensar por un par de segundos, dijo:

— Jeongin . . . ¿En serio eres adoptado?

Yang se atoró inmediatamente con el agua y comenzó a toser, preocupando a su amigo de un momento a otro. Jeongin no supo por qué había pensado que lo que había dicho la bruja Rose había sido un sueño.

Miró al mayor y notó que lo miraba como siempre, no había cambios y lo agradeció internamente. Sabía que Jisung lo seguía queriendo de la misma forma, a pesar de saber que era diferente a todas las personas que estaban en esa cabaña.

— ¿Estás bien? — interrogó Sung aún preocupado.

— Mejor hablemos afuera. — indicó el menor con seriedad. El mayor asintió.

Necesitaba más espacio.

Ambos salieron y tomaron una bocanada de aire mañanero. Quisieron dirigirse donde la mesa del exterior, pero alguien yacía sentado ahí solo, observando el paisaje, inmerso en sus pensamientos.

— Minho. — dijo Jeongin sorprendido. El mencionado lo miró y luego miró a Jisung un tanto incómodo. — ¿Desde hace cuánto que estás aquí?

— Desde hace un par de horas. — contestó, dejando de mirarlos.

— ¿Todos se han vuelto madrugadores o qué? — cuestionó divertido, mientras se acercaba hacia él, siendo seguido por el rubio.

Jeongin se sentó al lado del pelinegro y Han se sentó a su lado derecho, dejándolo en medio de la pareja.

— Si tenían algo importante de qué hablar, entonces me puedo regresar a mi habitación. — informó Minho sin problema.

Yang negó rotundamente.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Where stories live. Discover now