«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
La pareja observó cómo una especie de humo verde oscuro comenzaba a salir de las manos del hechicero que tenían al frente.
Minho pensó por un instante que podía ser venenoso, por lo que se alteró, pero cuando sintió el olor a uva, no pudo evitar sentirse atraído a aspirar el aroma con una sonrisa de labios. Hoseok sonrió divertido al ver cómo ambos jóvenes respiraban con tranquilidad.
Jisung vió cómo Minho se iba sentando lentamente en el piso y sonreía de forma risueña. Fue en ese momento que sintió que su mente estaba queriendo ser manipulada, pero por alguna razón se le hizo fácil rechazar el impulso de hablar de más. Cosa que no pasó con Lee.
— ¿Sabías que le quite un ojo a mi primer amor? — preguntó de repente el mayor entre risitas. Jisung se agachó para mirarlo fijamente. Estaba delirando. — No me mires como si estuviera loco. Taehyung me hizo daño también. No aquí . . . — señaló su ojo. — Pero sí aquí. — y entonces señaló con su dedo índice su pecho.
— Minho, basta. — pidió el menor mientras miraba de soslayo al hechicero que se mantenía quieto en su lugar.
— ¿Sabías que me sentí muy herido cuando me dijiste que te dejara de perseguir y que siguiera a alguien más porque querías paz? . . . Oh, no, ahora que lo recuerdo me duele mucho. — comenzó a hablar como si fuese un niño pequeño. Han no sabía cómo hacer cesar su llanto. — Pero yo jamás te haría daño, a ti no, nunca jamás, ¿entendiste?
— Está bien, entiendo. — murmuró en respuesta. Volteó a ver al ser mágico que lo miraba y exclamó — ¿¡Qué ha hecho!? ¡Que pare!
Hoseok se lo pensó un momento.
— Es un hechizo algo complicado, pero creo que valió la pena, ¿no crees? — dijo y el menor fruncio el ceño confundido mientras Minho lo abrazaba con fuerza. — Es el humo de la verdad. Todo aquel que lo aspire comenzará a ser totalmente sincero. No se guardará nada. Simplemente dirá todo lo que llegue a su cabeza.
— ¿Qué?
— Debes sentirte honrado. Tu mente es una de las más fuertes de tu equipo, por eso no te afecta ni un poco. — manifestó el mayor con una sonrisa de labios.
Jisung no tenía tiempo para eso.
— Minho, aguanta la respiración y-
— Eres hermoso. — soltó se repente el mayor, interrumpiendo a Han y dejando conmovido a Hoseok con la escena. Minho parecía estar menos fuera de sí. — Eres tan bello . . . Te amo demasiado, Jisunggie.
— Lee Minho . . . Eres muy coqueto, ¿lo sabías? — murmuró el menor con una sonrisa de labios.
— ¿Y tú sabías que haría lo que fuera por ti? . . . Eres parte esencial de mi vida.
De repente Jisung notó que no había rastro de aquel humo verde y cuando volteó se dió cuenta de que el hechicero se había ido. Después de hacer cuentas supo que lo último dicho por Minho no había sido causado por aquel hechizo.
— Vamos. — indicó el menor con una sonrisa de labios. Lee asintió y se dejó ayudar a pararse.
Una vez listos, ambos comenzaron a correr con dirección al pasillo que los llevaría donde estaban las hermanas Hwang, pero entonces escucharon el estrepitoso ruido de espadas golpearse, y entonces, al final del siguiente pasaje, vieron a su líder en medio de una pelea con un guardia de armadura. Chan estando con clara desventaja.
Sin dudarlo más, ambos decidieron tomar otro camino, en rescate de su líder.
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