Hyunjin escapó de aquel lugar en cuanto tuvo la oportunidad, y agradecía a lo desconocido poder por fin respirar con tranquilidad después de haber sido el probable causante de que en ese momento sus dos amigos estuvieran discutiendo.
A pesar de que lo que sucedía en la sala principal del reino Han era aparentemente importante, en la cabeza de Hwang lo que ocupaba gran porcentaje de sus pensamientos era el hecho de que aún no sabía qué hacer con la promesa que le había hecho al hechicero Jungkook. No cumplirla no era una opción; no podía poner en riesgo a sus hermanas otra vez.
Sin darse cuenta había comenzado a caminar sin rumbo; tomando caminos al azar y dejándose llevar por sus pies, hasta que entonces escuchó la voz de su hermana y sintió el viento frío tocar su rostro. Alzó la mirada y se encontró con los ojos de Yeji, quien le miraba preocupada, estando a su lado Jeongin, por supuesto; los tres estaban en un balcón, uno bastante amplio, tal vez el más grande, y entonces Hyunjin pensó que inconscientemente había llegado ahí. El destino siempre era malo con él.
— ¿Estás bien? — preguntó su hermana menor mientras mantenía una de sus manos sobre su hombro izquierdo. — ¿Qué haces aquí?
— Yo . . . — y pensándolo bien, nunca acordó con Jungkook no hablar con alguien respecto al trato. — . . . Tengo que confesar algo . . .
— ¿Confesar? ¿Ya no pasó tu turno para eso? — cuestionó Yang con obviedad.
— Es que . . . necesito ayuda . . .
— ¿Para qué? ¿Qué pasa? — interrogó Yeji aún más interesada. Jeongin prestó más atención a su expresión.
— Es que . . . en realidad . . . en realidad sí hice un trato con el hechicero Jungkook. Yo le prometí que le entregaría a Chaeryeong si no volvía a tocar a mis hermanas y la verdad es que no me arrepiento, pero tampoco quiero hacerlo . . . Ella es importante para ésta misión y . . . y para Seungmin . . . así que, por favor, deben ayudarme. — habló rápidamente, dejando totalmente desconcertados a los casados.
— ¿Qué? — soltó Yeji aún sin procesar correctamente la información.
— Y ahí está nuevamente Hwang Hyunjin trayendo problemas. — dijo de forma divertida el rey Yang. — Me sorprende que hayas demorado.
— Jeongin, hablo en serio. — anunció el mayor de los tres con firmeza.
— Tranquilo. Te vamos a ayudar. — agregó el menor con simpleza. — Dime exactamente qué prometiste. Tenemos que decirle al equipo para que-
— ¡No! ¡Eso no! — exclamó Hyunjin apresurado. — No quiero que los demás tengan una carga más encima por mi culpa-
— ¿Pero yo sí? — cuestionó In indignado.
— Es diferente contigo y con mi hermana-
— ¿Por qué?
— ¡Porque . . . porque antes ya hemos enfrentado problemas juntos! . . . Me has ayudado muchas veces . . . Más de las que crees y por eso confío en que podrás hacerlo otra vez por mí, Jeongin.
Su sinceridad había tocado el corazón del menor, el cual inevitablemente recordó lo que habían pasado juntos. Esos momentos jamás iban a desaparecer, y era bonito recordarlos de vez en cuando, porque le demostraba cuánto había cambiado y lo bien que le iba actualmente. Definitivamente Hyunjin fue importante para su crecimiento personal, y le alegraba saber que él también lo había sido para el mayor.
Jeongin soltó un suspiro y sonrió en dirección al castaño, sin saber que su hermosa esposa no podía dejar de ver la linda expresión que le había dedicado a otra persona.
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
Fanfiction«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
