.•°|LXIX. Amores|°•.

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La clave eran los libros. Y los libros los encontraba en la biblioteca. Y en la biblioteca siempre estaba Eunji y esas enormes ganas de dejarlo solo con ChenLe cada vez que tenía la oportunidad, como en ese momento.

No era incómodo quedarse a solas con alguien con quien alguna vez soñó tener un futuro a su lado, para nada, porque Felix ya no tenía esos mismos sentimientos por él, así que estaba todo bien. Sin embargo, lo incómodo era que su mejor amiga intentara hacer que retome su relación con alguien que ya no hacía latir su corazón, ni aunque se acercara demasiado o le dijera palabras bonitas.

— Es absurdo. — susurró por lo bajo el pelirrojo y Chen le miró extrañado.

— ¿Qué es absurdo, alteza? — interrogó interesado.

Felix quiso resoplar y decirle que deje de estar interesado por todo lo que hacía o decía. Era cierto que era el rey, pero no todas sus acciones siempre tendrían que ver con el futuro del reino o cosas parecidas.

— Nada es absurdo. Es completamente bueno que Eunji nos deje solos cuando lo único que hacemos es leer libros y ni siquiera mirarnos. — intentó no sonar muy sarcástico.

— ¿Le incomoda?

— No, Chen, no es eso. — respondió, sin la intención de herir sus sentimientos. — Sólo quiero que deje de hacer cosas sin sentido, eso es todo.

— Felix. — le llamó, y el menor se sorprendió porque había empleado su nombre y no "alteza" como siempre. El pelirrojo lo miró fijamente. — No me has dejado de gustar. — se creó un silencio incómodo. — Sé que ahora estás muy ocupado gobernando el reino y viendo por el bienestar de las personas, por lo que no tienes tiempo como para siquiera mirarme, pero . . . yo siempre te veo, y estoy decidido a esperarte por-

— ChenLe. — le interrumpió de golpe el menor. — Lo siento.

— Felix-

— No quiero que pienses que es venganza o algo parecido, por la vez que me rechazaste por miedo a lo que tus padres pensaran . . . Simplemente mis sentimientos cambiaron, y mi corazón dejó de ir hacia a ti. — manifestó sincero y observando con tristeza el rostro consternado del mayor. — Dile eso a Eunji, porque si yo se lo digo, tal vez me dé un tendido sermón.

— Felix-

Pero entonces su secretaria hizo aparición de repente, siendo perseguida por Eunji, quien parecía estar interesada en lo que anunciaría la mayor. Felix se levantó y se dedicó a escucharla.

— Los reyes Bang, Kim, Yang, Hwang y Seo se encuentran en el salón real, majestad. Insistieron en verlo lo más antes posible porque-

Pero ni siquiera le dejó terminar de hablar, ya que salió disparado del lugar, siendo perseguido por las miradas curiosas de sus amigos y la mujer.

Felix corrió con todo lo que pudo al lugar indicado. No podía creer lo que había dicho su secretaria real.

"¿No habré escuchado mal?"

Pero en cuanto abrió la puerta se dio cuenta de que no era así, que realmente había llegado el día, y que la persona que siempre aparecía en sus hermosos sueños estaba ahí, mirándolo con una bella sonrisa y unos ojos llenos de amor.

— Changbin . . . — soltó por lo bajo, para después correr hacia sus brazos con el corazón acelerado y la euforia a tope.

Ambos se abrazaron con la misma intensidad que pusieron en su abrazo de despedida. Felix hundió su rostro en el cuello del más bajo mientras sentía unas enormes ganas de llorar de felicidad. Changbin sólo lo mantenía con fuerza apegado a él, sintiéndose de repente liviano, y habiendo olvidado por completo que había dejado a todo un reino sin rey. Chan, Woojin, Hyunjin y Jeongin se acercaron a ambos, dejando atrás a tres muchachas que Felix no conocía, pero que suponía que eran conocidas de sus amigos.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Where stories live. Discover now