.•°|II. Regreso|°•. 1

1.7K 308 115
                                        

Reino Seo

Abrió los ojos en cuanto el sonido del gentío alborotado alrededor del auto se hizo más fuerte. Miró a través de la ventanilla cómo es que las personas hacían algunas especies de protestas, y otras simplemente discutían entre sí por algo que Changbin desconocía en lo absoluto.

Cuando ya había logrado entrar a la zona del castillo, pudo observar como los guardias empujaban a las personas que también trataban de entrar pero de forma brusca y bruta. Inmediatamente salió del auto, y se dirigió con grandes zancadas hasta aquella escena.

— ¡Hey! ¡Hey! ¡Ten más cuidado! — exclamó con el ceño fruncido. La mujer que intentaba ingresar y el guardia lo miraron.

— Majestad, ésta mujer está violando las leyes, al igual que todas esas personas que intentan entrar a la fuerza.

— Son pobladores, no merecen ser tratados de esa forma. — indicó demandante — Por favor, señora, si tiene alguna queja o pedido que quiere dar a conocer, le pido que me dé un poco de tiempo, ya que como verá, yo-

— ¡Usted no es la salvación del reino! — exclamó la desconocida con furia en su voz. — ¡Es sólo un niño con un pasado intolerable y frívolo!

Seo dio unos pasos atrás sin dejar de mirar aquellos ojos llenos de odio. Las palabras que lo habían golpeado ferozmente lo habían tomado por sorpresa. Sintió sus piernas un poco débiles y con un pequeño gesto le ordenó al guardia que la sacara de ahí. Se encaminó entonces con dirección a la entrada del castillo, acompañado de dos guardias. Sin embargo, el grito de un hombre que estaba rompiendo las leyes lo detuvo.

— ¡¡EL REINO QUIERE QUE CHOI YEONJUN SEA EL REY!!

Un nudo se formó en su garganta, y las ganas de quemar todo lo que estaba a su alrededor fue creciendo. Pero no, ya no podía comportarse así, porque eso significaría que aquella mujer tenía razón, y él seguía siendo un niño.

Continuó con su camino hasta por fin adentrarse al castillo. Pese a sentirse aliviado, no podía dejar de pensar en el nombre que había mencionado el poblador.

"Choi Yeonjun."

Sacudió levemente su cabeza y se encaminó con dirección a la habitación de su madre. Ordenó a los guardias que dejen de seguirlo, y en el largo camino que tenía que recorrer, no pudo evitar pensar en una persona.

— Espero que esté bien. — susurró para sí mismo con tristeza. — ¿Estará pensando en mí? — sonrió ante aquella pregunta que su cerebro había planteado.

¿Cómo es que pensar en él lo hacía olvidar absolutamente todo? Hasta lo que le había causado dolor y lo que lo hacía sentir incómodo.

Y entre tantos pensamientos, no se dio cuenta cuando una muchacha pasó por su lado de forma rápida, causando que ambos choquen con brusquedad.

— Oh, mier- . . . Digo, oh, dios, ¿está bien?

La fémina sólo hizo incontables reverencias que dejaron a Changbin aturdido.

"Oh, por supuesto, ahora soy otra vez el príncipe." Pensó, sintiéndose de repente torpe.

— Oye, está bien, no pasa nada. — murmuró; la muchacha se paró erguida y miró al peli negro fijamente. Comportamiento muy contrario al que había empleado segundos antes.

— Sólo hice eso porque me estaban observando, pero por supuesto sé que fue un comportamiento exagerado por algo tan ridículo. — indicó la muchacha, dejando al mayor con el ceño fruncido, más confundido que antes.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Où les histoires vivent. Découvrez maintenant