«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
Sabía que su amigo se estaba estresando de más, y aquello no era saludable para él, ni para el equipo de dos que habían formado.
Chan intentó llamar la atención del menor parandose frente suyo, pero lo único que recibió fue una mirada que prácticamente le gritó: "sigue avanzando".
— Ahora que lo pienso, creo que nos quitaríamos un peso de encima si encontramos a Chaeryeong antes. — comentó el líder con convicción.
Hyunjin se detuvo en seco y lo miró con el ceño fruncido.
— ¿A quién dijiste?
— Chaeryeong, ya sabes, ella es la única que puede decirnos la siguiente parte del hechizo si tú haces tu confesión, además de saber quién es el que sigue y su lugar de mayor impacto. Luego de eso nos podemos dedicar a buscar a tus hermanas, porque, para serte sincero, no creo que el tipo que esté detrás de todo esto nos quiera hacer daño, ni mucho menos a tus hermanas. No lo ha hecho antes y no lo va a hacer ahora. — declaró Bang confiado.
Hwang continuó con la caminata junto a su líder.
— ¿Ella te agrada? — interrogó sin mirarlo.
— ¿Quién? ¿Chaeryeong? — preguntó el mayor. El menor asintió apenas. — Claro que sí. En realidad a todos les agrada. Aunque debo admitir que no nos dio una buena primera impresión, pero es comprensible que haya actuado así. Después de todo sí la secuestramos.
Hyunjin se mantuvo en silencio, y entonces Chan no pudo evitar preguntar:
— ¿Por qué? ¿A ti no te agrada?
— No la conozco, ¿cómo podría determinar eso? — se defendió el menor con obviedad.
— Oh, entiendo. Es por Seungmin, ¿verdad? — el líder rió. — Te aseguro que te va a agradar con sólo verla sonreír.
Hyunjin no estaba seguro de ello y estuvo a punto de refutar cuando Chan le indicó que guarde silencio porque había escuchado algo al otro lado de un arbusto. Inmediatamente Bang sacó su daga y Hwang activó la electricidad en su cuerpo, sólo por si acaso.
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Tener a Woojin en el equipo facilitaba las cosas para Felix y Minho, quienes sólo lo seguían mientras él hacía que los arbustos les den paso para pasar de recto y no buscar otra salida como los demás. Lee al principio decidió tomar vuelo para ver si encontraba a alguno, pero al parecer no había nadie cerca y no podía dejar solos a sus amigos.
Los tres continuaron corriendo, gritando ciertos nombres cada dos minutos. Fue así hasta que escucharon algo al final de uno de los pasillos que formaban aquellas ramificaciones. Se acercaron en silencio, siendo guiados por un Woojin que estaba preparado para abrir un agujero en el arbusto, mientras Felix congelaba sus manos y Minho mantenía sus palmas en dirección al lugar que todos miraban, todo en caso de un ataque.