.•°•.|CXXXIV. Perla del amor|.•°•.

848 171 148
                                        

El viento hizo flamear sus cabellos castaños como si fuese una bandera, y ante tal comparación, Seungmin no pudo evitar sonreír, ganándose un puchero y un ceño fruncido de parte de Chaeryeong, quien también sonrió segundos después.

Ambos habían decidido caminar al menos alrededor de la inmensa cabaña. Ella porque no se sentía tan cansada como los demás, y él porque debía estar alerta de cualquier cosa; dormir no podía ser una opción para el chico estrella. Además, debía dejar ir el dolor que se había ocasionado tras pasar la noche anterior con Hyunjin, el cual, convenientemente estaba sentado junto con Woojin en el comedor exterior, a unos veinte o más metros lejos de ellos.

— Nunca he preguntado esto, pero, ¿qué es exactamente el poder estrella? ¿Qué beneficios trae? — interrogó curiosa la menor.

Seungmin se lo pensó un momento.

— ¿Beneficios? . . . Bueno, no estoy completamente seguro. Sólo sé que nací con éste poder, y puedo realizar hechizos a diferencia de los demás. — aclaró con simpleza, y siendo conciso. — Aparte de eso, no creo haber experimentado algo más especial.

— Oh, vamos. Si tiene el nombre estrella es por algo. ¿Por qué no sol o luna? ¿por qué estrella? No tiene sentido que sea sólo eso. — manifestó Chae, creando más dudas en el rey.

Jungkook le había dicho que era el único capaz de matar a SeokJin, pero, ¿por qué? Nunca se había cuestionado . . . ¿Había utilizado el verdadero poder estrella alguna vez y no se había dado cuenta?

"Un poder celestial que se me fue otorgado" pensó detenidamente. "¿Por qué a mí?" Preguntó aún sin tener una respuesta. "¿Por qué no Chan, o Minho, o Changbin, o los demás? ¿Por qué yo?" Volvió a cuestionar, y de repente notó que Chaeryeong ya no caminaba a su lado. Se detuvo, giró sobre sí y vió cómo la castaña, estando de cuclillas, desenterraba algo cuidadosamente con sus dedos.

— ¡Brilla! ¡Seungmin, mira! — exclamó emocionada. El mayor, sin entender nada, se acercó rápidamente y también se agachó frente a ella. — Mira. — replicó Chae, manteniendo entre su dedo índice y pulgar una pequeña bolita brillante.

El peli marrón quedó perplejo.

— Es bonita, ¿verdad? Relució como una estrella, aquí, en medio del pasto con tierra. No puedo creer que la haya visto. ¿Esto será símbolo de buena suerte? ¿O al contrario? Ya que algunos dicen que son lágrimas de la luna, y ¿por qué una lágrima sería de buena suerte? ¿Debería simplemente dejarla donde estaba? — atacó con preguntas la blanquecina, notando poco a poco el rostro aturdido del mayor. — ¿Qué tienes?

— No puede ser . . . es imposible.

— ¿Nunca habías visto una perla o qué? — preguntó con la intención de hacerlo reír, pero éste seguía serio.

Seungmin sujetó la perla entre sus dedos, y sin quitarle los ojos de encima, dijo:

— Fue un obsequio de Hyunjin. — explicó, dejando a la castaña confundida. — Me lo dió hace mucho tiempo y . . . Yo la había lanzado por mi ventana . . . Nunca creí que seguiría aquí.

Por inercia se paró y miró con dirección a su novio, quien tardó un par de segundos para también mirarlo fijamente. Ambos se sonrieron con ternura, y Seungmin no pudo evitar pensar que tal vez, después de todo, lo que tenía dentro de su puño sí era la perla del amor.

La perla que, al tenerla, te llevaba al amor de tu vida.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora