.•°•.|XCI. Jovial|.•°•.

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Todos se mantuvieron en silencio durante la caminata al lugar de gran impacto de Minho. El mencionado debía admitir que no se había imaginado a sus compañeros estando tan serios en su reino, y deseaba cambiar aquello por más complicada que sea la situación.

El rey Lee paró en seco frente a una especie de altar que estaba entre dos grandes árboles. Miró a sus compañeros y a las muchachas con una triste sonrisa de labios y entonces suspiró.

— Estoy seguro de que a Hani le hubiera encantado conocerlos . . . Pero, según un libro que leí sobre la vida animal, su tiempo de vida no era tan largo como me hubiera gustado, así que . . .

Y cuando Jisung estuvo a punto de hablar, alguien se le adelantó.

— La pérdida de una mascota puede llegar a ser tan dolorosa como la pérdida de un ser querido. — comentó Chaeryeong con voz suave y llena de empatía. — Supongo que era muy especial para usted.

— Fue mi primer amigo, y el único ser en la tierra que . . . que sentía que me aceptaba completamente. Así te hacen sentir las mascotas . . . completamente amados. — dijo entonces el peli negro con tristeza.

Quien se acercó a abrazarlo fue Chan. Le dio unas cuantas palmadas en la espalda y luego le sonrió.

— Ahora tienes a más personas que te aceptan como eres. — le murmuró con seguridad y Minho asintió mientras sonreía.

Lee miró de soslayo a sus amigos y supo con convicción que tenía una familia. Tal vez no compartía sangre con ninguno de ellos, pero se apoyaban como una verdadera familia, y eso era lo más importante. Minho no estaría solo. Ya no más.

— De acuerdo. Es hora de la confesión. — indicó Chaeryeong de repente.

Minho suspiró y no pudo evitar sonreír con nerviosismo. Miró el pequeño altar de rosas y demás decoraciones, y entonces asintió.

— Yo confieso que . . . que estoy seguro de que sólo podré amar a una persona durante toda mi vida, porque Hani me enseñó que el amor verdadero, una vez que nace, nunca muere. — y tras decir aquello giró sobre sí, quedando cara a cara con todos los que lo acompañaban aquella tarde soleada. Miró fijamente a Jisung y entonces agregó — No pienso dejar que la persona que amo no se quede a mi lado.

Kyū. — manifestó Chaeryeong totalmente convencida, pero a la vez confundida.

— ¿Esa no es la palabra que viste conmigo también? — interrogó Chan desconcertado.

— Sí, lo sé. Supongo que la palabra se repite en el hechizo.

— Mayormente es así. — indicó Seungmin de repente.

Y entonces Chaeryeong comenzó a notar el destello de una luz roja en medio de todos ellos, por lo que se abrió paso, encontrándose frente al rey Seo. La luz roja brillaba a su alrededor y a la altura de su pecho había una especie de espejismo que mostraba su lugar elegido, como en los anteriores.

— Su color es el rojo y su lugar es una escuela. — indicó la menor con seguridad.

Changbin asintió con los labios fruncidos. Por supuesto, debía ser ese lugar.

Su visita en aquel bosque parecía haber llegado a su fin, habiendo logrado su objetivo, pero entonces Hyunjin se dio cuenta de algo importante.

— ¿Alguien ha visto a Yuna? — cuestionó en voz alta y todos lo miraron confundidos.

— ¿Qué? Se suponía que estaba contigo y Lia. — manifestó Yeji con el ceño fruncido.

Lia miró a su hermana y salió de sus pensamientos de pronto. Miró a su alrededor y fue cuando entró en cuenta de lo que pasaba.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt