Reino Seung (2011)
Normalmente llegaba a casa, colgaba sus zapatillas de ballet en un perchero de la entrada, y se dirigía a la habitación de sus padres para contarles sobre su día, pero aquella noche, Chaeryeong pasó por otro tipo de situación.
— Sabes que tengo razón, Wonpil. — le había dicho el hombre de capa negra a su padre, antes de que ella llegara a casa. — No pertenece a tu mundo. Ella posee un poder incomparable dentro de su cuerpo. Un poder que nunca tuvo que obtener, porque no le pertenece. Yo . . . me la debo llevar.
— ¡Sobre mi cadáver, SeokJin! — vocifero Won con furia. Su esposa sólo miraba a los tres hombres de capa con recelo y cierto temor. — No te llevarás a mi hija, nunca, ¿oíste?
Jin suspiró, miró de soslayo a Namjoon, quien se mantenía a su lado derecho, y luego miró a Jackson, el cual estaba parado al lado contrario. Tras resoplar llevó sus manos a su cintura y asintió.
— Bien. Hagamos esto de forma más justa. Te tengo una propuesta. — manifestó de manera más tranquila, lo cual aligeró el ceño fruncido en el rostro de Wonpil.
— ¿Qué truco traes, SeokJin?
— No hay truco, maestro. Que esto salga bien, va a depender solo de tu hija. — aclaró con simpleza. El mayor negó, demostrando no estar de acuerdo.
— Mi hija no va a estar metida en tus mierd-
— ¿Papá? . . . ¿Quiénes son ellos? — interrogó la recién llegada con una voz tímida. Todos los presentes la tomaron como el foco de atención.
Había llegado la protagonista de su conversación.
— Ven, mi niña. — dijo su padre apresurado, y extendiendo su mano para que la menor se dirija a él, lo cual hizo.
Jin la estudió rápidamente con la mirada. Doce años. Cabello castaño. Piel blanca. Bonito rostro. Contextura delgada, y a juzgar por la delicadeza con la que caminaba, podía decir que era bailarina de ballet. No era como si todas las mujeres delicadas fueran bailarinas de ballet, pero SeokJin notaba las ligeras diferencias que los seres humanos no podían distinguir.
— Ahora soy rey. Tengo a miles de guardias bajo mi mando. Gobierno un planeta entero, Wonpil. ¿Crees que no será fácil obtener a tu hija? . . . La única opción que tienes es aceptar mi propuesta. — murmuró Seok con seriedad, y ya cansado de la terquedad del mayor.
Los padres de Chae no estaban seguros de qué hacer, pero el padre sabía que SeokJin no amenazaba por gusto. Él sabía lo que hacía. Siempre era consciente.
— ¿Cuál es esa propuesta? — cuestionó Won resignado. La madre frunció el ceño disgustada con su decisión, pero confío en su esposo por ese momento.
— Es simple. Tu hija debe hacer algo muy fácil y para nada peligroso. — respondió el rey de hechiceros con una sonrisa. Completamente satisfecho. — ¿Lista para prestar atención, pequeña? — se dirigió a la niña que aguardaba abrazada a la pierna de su madre. Miró a su papá, y éste asintió, por lo que ella hizo lo mismo, pero con dirección al hombre de capa. — Perfecto. — dijo Jin, para entonces ponerse de cuclillas frente a ella. Con una sonrisa comenzó a decir — Debes hacerte amiga del príncipe Seungmin. Lo conoces, ¿no es así? ¿Eres buena haciendo amigos? Pareces una niña muy sociable y amigable.
Chaeryeong asintió.
— Conozco al príncipe, pero él no tiene amigos. Siempre está solo. Nadie quiere acercarse a él, porque dicen que causa tormentas, pero yo siempre les digo que el cielo es el responsable. — comentó la menor con convicción. Seok volvió a sonreír mientras asentía.
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
Fanfiction«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
