Después de todo lo que había pasado, ¿quién podría dormir?
Es decir, Woojin sabía que estaban cansados, y a pesar de que era de día, no podían evitar cerrar los ojos un par de horas y darse el merecido tiempo para sí mismos. Sin embargo, con él era diferente, ya que a pesar de que eran casi las siete de la mañana, y que no había dormido en toda la noche, seguía ahí despierto, sentado en el sillón de la pequeña sala, mirando el paisaje que se alzaba al otro lado de la ventana.
— Es tan triste . . . — susurró sin rastro de duda.
En el lugar que antes sólo hubo luz y risas, donde disfrutaron de su día a día entrenando, siendo tan sólo un grupo de nueve amigos que tenían sus diferencias, pero que aprendían de ello con el tiempo mientras disfrutaban la compañía del otro con una sonrisa, ese lugar ya no existía . . . Si tan sólo le hubieran dicho que todo lo bueno acabaría tan pronto, habría aprovechado al máximo cada hora, cada minuto, cada segundo, pero ya era muy tarde. Esos días se habían ido, dejándolo atrás, olvidando a cada uno de ellos, dejando botada su juventud y ganas de vivir. Nada volvería a ser como antes, lo sabía, por lo que sólo le quedaba revivir sus recuerdos de vez en cuando. Cuando fue verdaderamente feliz, y cuando no tenían problemas serios . . . Crecer era lo peor, porque a partir de los diecinueve todo comenzó a colapsar, y ahora con veinte todo era una mierda.
Si en algún momento pensaron que ese lugar estaba maldecido, Woojin aquella mañana confirmaba que la maldición siempre habían sido todos ellos. Sólo ellos.
Antes todo era mucho más fácil.
— El niño dentro de nosotros sigue vivo, así que no lo dejes morir. — manifestó una voz detrás de él, por lo que volteó inmediatamente a pesar de haberla reconocido al instante.
— No leas mi mente sin permiso, Chan. — pidió seriamente, volviendo a mirar al frente con desden.
Bang suspiró, se acercó furtivamente y se sentó a su lado.
— No lo hice. Sólo creí que estábamos pensando en lo mismo. El pasado. — murmuró, pero Kim no supo si estaba siendo sincero.
Hubo sólo silencio entre ambos por varios segundos, hasta que Chan dijo:
— Después de todo lo que ha pasado entre nosotros . . . sería muy egoísta de mi parte si no te dejo ser feliz.
— ¿Cómo sabes qué me hará feliz? — interrogó entonces Woo. Aún no se miraban a los ojos, por lo que sentían el valor de poder ser totalmente sinceros.
— Sé que estar lejos de mí te hará bien, y por consiguiente te hará feliz. — admitió bajo, no queriendo ponerse a llorar por lo sensible que se sentía. — Yo ya no te hago feliz, y justo ahora me doy cuenta que yo sí era feliz contigo . . . No me dí cuenta-
— No mientas para hacerme sentir mejor. — interrumpió el menor con firmeza.
— No miento . . . Yo de verdad fui feliz contigo. Te amo, pero me aferré a la idea de que amaba a otro más que a ti. Lo siento por eso. Yo lo siento en serio-
— Es tarde. Lo sabes. — lo cortó de repente con tranquilidad, para después verlo fijamente a los ojos. — Cuánto me gustaría pedirte que te quedes a mi lado . . . Pero lo que aprendí todo éste tiempo es que, no debo volver al lugar que me hizo daño, y yo volví a tí con una sonrisa. Ya no trataré de ocultar mis sentimientos de esa forma, y éste dolor pasará, yo te voy a superar y una mañana, al despertar, ya no serás lo primero que venga a mi cabeza. Y al acostarme, no soñaré contigo. Acabará.
— Lo siento . . .
— No es necesario, está bien. Estaré bien, estarás bien . . . Todos estaremos bien. Ahora sí estaremos bien. — susurró, luego tomó sus manos y añadió — A partir de ahora preocúpate sólo por ti, porque yo ya tengo a alguien más en mi vida, y ésta vez . . . ésta vez es correspondido.
ВЫ ЧИТАЕТЕ
S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
Фанфик«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
