.•°•.|CLVI. Pérdida|.•°•.

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Mark iba en frente de Jisoo y Jinyoung, por si había alguien en el pasillo que tendrían que tomar, y así Tuan les avisaba que se escondan o algo por el estilo. Lo mejor era estar prevenidos por cualquier tipo de situación peligrosa.

Mark siempre se había jugado la vida por ambos, y lo seguía haciendo sin dudar. Eso es lo que la pareja más valoraba de su amigo.

— Sea lo que sea que diga SeokJin, de seguro lo hará con intenciones de provocarlos. Lo conocen bien, y no ha cambiado durante todos éstos años. Es más, incluso ahora es más astuto, así que . . . — había empezado a hablar Tuan, hasta que se detuvo frente a una enorme puerta imponente, suspiró y les dedicó una mirada de confianza. — ¿Debería entrar con ustedes?

— Creo que podemos manejarlo. — murmuró Jisoo en respuesta. — Pero puedes esperar aquí por nosotros, ¿de acuerdo?

Mark asintió sin problema. Y entonces el par ingresó al lugar sin mirar atrás, cerrando la puerta con cuidado, y dejando a su amigo como su guardián.

Lo primero que vieron, y era lo que más llamaba la atención, era la enorme barrera psíquica que tenía encerrado al hechicero dentro. Cohibido de la magia, sin haber visto la luz del día durante meses y sin una correcta alimentación, SeokJin seguía ahí en pie, demostrándole a todos lo fuerte y resistente que era. El rey de hechiceros después de todo.

— Por fin. Pensé que no tendrían el valor de venir a verme. — declaró el mayor de los tres presentes en aquella oficina. — ¿Qué los trae por aquí? — tras esa pregunta recibió sólo expresiones desconcertadas, por lo cual rió y negó levemente con su cabeza. — Bromeo. No sean tan serios.

— Deja de irte por las ramas y habla ya, SeokJin. — manifestó Park con molestia. — No tenemos tiempo para tu parloteo.

— Oh, claro, cuñado, no hay problema. Seré breve, directo y conciso. — declaró con cierto carisma que no tenía lugar en una situación así. — Simplemente quería negociar. Ustedes me liberan, y yo evito que JungKook cometa una locura. ¿Qué dicen? ¿Aceptan?

— ¿Liberarte? — cuestionó su hermana con incredulidad. — ¿Crees que nos vas a convencer así de fácil?

SeokJin suspiró.

— Bien, seamos sinceros. No quería hacer esto, pero no me dejan de otra. — confesó con algo de hastío. — Díganme con toda sinceridad, ¿a quién creen que JungKook le haría más caso? ¿A sus padres, quienes nunca han tenido contacto con él? ¿O a su tío que lo crío desde los dieciséis años?

— Es ridículo pensar que él le haría caso a alguno de nosotros-

— ¡Es incluso más ridículo pensar que por lo menos los escuchará a ustedes dos! ¡Lo abandonaron, imbéciles! ¡Y esa fue la primera herida que le dió la vida a JungKook! — exclamó el mayor alterado. — Su primera herida, su primer trauma, fue ocasionado por sus propios padres. No me vengan ahora con que quieren arreglar la vida de su hijo, porque es tarde. Llegaron muchos años tarde. Y eso nunca nadie lo cambiará.

Los contrarios no quisieron demostrar lo mucho que les había chocado sus palabras, por lo que se mostraron firmes con su decisión.

— De todas formas, ¿qué te hace pensar que te escuchará a ti? — interrogó Jinyoung retador. — Él te odia incluso más de lo que nos podría llegar a odiar a nosotros.

— Pero lo conozco más que ustedes. — dijo, dejando sin palabras a la pareja. — Y además, tengo un plan. Estoy seguro de que ambos habrían querido improvisar, porque simplemente querrían detenerlo. Piensan con el corazón, en cambio yo no olvido que tengo un cerebro. ¿Qué? ¿No lo ven? . . . JungKook es la combinación de todos nosotros, pero mi parte en él sobresalta más, y lo controla completamente. ¡Soy yo quien puede detenerlo! El único con el suficiente poder como para hacerlo.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Where stories live. Discover now