En cuanto Seungmin notó que Yugyeom había desaparecido, y que Hoseok había cerrado los ojos concentrándose en algo que él desconocía, se puso más alerta que nunca, y se decidió por acelerar el ataque que manejaba junto con Félix. Sin embargo, no contó con que el pelirrojo tomaría control entero del poder de un segundo a otro.
Félix también había notado la desaparición de uno de los hechiceros, y al no poder controlar el miedo que incrementaba en él con cada segundo, inmediatamente levantó unos centímetros más los brazos que tenía extendidos hacia al frente, por lo que el agua que había estado bajo el mando del tornado que manejaba Seungmin, se liberó feroz e imponente, haciendo que su amigo peli marrón desactive su don instantáneamente, sintiendo cómo la energía lo golpeaba con fuerza, haciéndolo caer para atrás. Ahora Félix tenía control total del ataque, y dolía, debía admitir que cargar semejante responsabilidad era doloroso para su mente y cuerpo, porque después de todo era una gran parte del mar. Soltó en un grito todo lo que tenía comprimido en sus pulmones, y en un rápido movimiento sus brazos, que se habían mantenido alzados, bajaron, siendo motivados por un sentimiento de ira, y tras ello el agua cayó sin más sobre los hechiceros, como la ola más enorme que habían visto en sus vidas, pero eso no era todo, porque aquel líquido se congeló tan rápido como descendió, convirtiéndose en un ataque mortal.
Seungmin observó desde su posición cómo el agua de forma irregular, al estar hecha hielo, se habían creado unas especies de estacas, de distintos tamaños, como garras, que al golpear la barrera protectora de los hechiceros la traspasó sin esfuerzo, dejando estupefactos a JungKook y Hoseok, quienes se habían salvado como pudieron tras llevarse el susto de sus vidas. Aunque era verdad que Kook había recibido una quemadura en cuanto uno de los pedazos puntiagudos había rozado su brazo sin piedad. El frío había sido tan intenso que había hecho arder su piel, traspasando la ropa que llevaba de por medio. Por otro lado, Hoseok, se mantenía en la misma posición en la que había caído en cuanto previó lo que se vendría. Aún ambos en estado de shock, observaron la barrera prácticamente destruida. Una barrera mágica.
— Debemos irnos. — demandó Ho algo alterado. — Mierda, JungKook, vámonos ya.
— ¿Qué? No, aún no. — contestó el menor testarudo.
— ¿¡Qué no ves que casi morimos!? ¡Casi morimos! ¡Mierda! — vociferó el hechicero mientras se levantaba con extremo cuidado.
— Yugyeom ya se fue, no hay otra alternativa, hay que seguir con el maldito plan.
— Podemos llamarlo con telepatía, y lo sabes, pero ¡te importa una mierda! — exclamó con exasperación.
— Sólo continuemos . . . Por favor. Te lo pido, por favor. — rogó el menor en cuanto notó la decisión en los ojos del mayor. — Además, él ya está cansado, así que . . .
— Mierda, JungKook, estás herido. — murmuró Ho en cuanto observó su brazo izquierdo sangrando. A él le dolía todo el cuerpo. — ¿Cómo puedes seguir insistiendo?
— Porque confío en que conseguiremos algo ésta vez. Algo bueno. Hablo en serio. — continuó con esos ojos llenos de deseo y desesperación.
Seok no tuvo más opción que asentir.
Y mientras ellos habían comenzado a hablar tras el ataque, fue Seungmin quien se levantó rápidamente en cuanto notó la desestabilidad de su amigo. Lo sujetó a tiempo cuando las piernas de Félix cedieron, y lo presionó contra su cuerpo con tal de no dejarlo caer. Miró su rostro, uno completamente cansado y pálido. Había sido un verdadero gasto de energía exorbitante, sin lugar a dudas.
— Ey, te tengo. No te preocupes, te tengo. Lo hiciste bien, Lixie. Lo hiciste muy bien. — le susurró con verdadero orgullo el peli marrón.
El mayor intentó sonreírle como agradecimiento, pero ni siquiera se sentía con fuerzas como para hacer algo tan simple.
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔
Fanfiction«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
