.•°•.|XCVI. Azul|.•°•.

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Sonrió en cuanto logró cerrar la puerta con éxito y comenzó a correr eufórico con dirección a la cama en donde se encontraba su novio esperándolo.

Jisung no pudo evitar encogerse de miedo en cuanto Minho se lanzó sin cuidado encima suyo. El mayor buscó sus labios algo apresurado y comenzó a besarlo con desesperación, como si esos segundos fueran los últimos de su vida. Han, por su lado, intentó seguirle el ritmo, pero sin poder evitar sonreír esporádicamente.

Ambos habían logrado estar en una sola habitación sin ser vistos, lo cual era lo mejor que les había pasado hasta entonces.

— Te extrañé. Te extrañé tanto. — susurró Lee cerca a sus labios y aún manteniendo la frente del menor pegada a la suya. — Te juro que si no me hablabas ese día, entonces yo lo iba a hacer.

— ¿En serio? — interrogó Jisung con una sonrisa, totalmente conmovido. — ¿Hubieras perdido tu orgullo por mí?

— La pregunta es: ¿qué no haría por ti? — corrigió el mayor sonriente, para entonces nuevamente atacar sus labios con dulzura.

Jisung se sentía en las nubes. En el paraíso más hermoso que los cuentos de hadas podrían contar. Como si se estuviera resbalando por un arco iris y cayera sobre las nubes del cielo. Totalmente vivo. Totalmente feliz. Totalmente completo.

— Minho. — lo llamó, deteniendo el beso que se habían estado dando, ahora los dos en una posición más cómoda sobre la cama. El mayor esperó a que prosiguiera. — Dijiste que harías cualquier cosa por mí, ¿no es así?

Han sabía que por su culpa todo el hermoso momento podría arruinarse, pero quería asegurarse de algo primero.

— Claro que sí, Jisunggie.

— Entonces . . . — guardó silencio mientras miraba fijamente los oscuros ojos del chico que amaba. Al único que amaba. — . . . ¿Podrías perdonarme cualquier cosa?

Minho fruncio el ceño confundido. No entendía, pero tampoco es que quisiera más explicaciones en un momento así.

— Mayormente soy yo el que mata los momentos románticos entre ambos, pero ésta vez te adelantaste. — murmuró cerca a su rostro.

Después de un par de segundos, el mayor volvió a besar sus labios con ternura y así continuaron por rato más, hasta olvidarse de lo que estaban hablando . . . hasta olvidarse de sus problemas . . . hasta olvidarse del mundo entero.

Hyunjin se tiró sobre su cama totalmente agotado, pero no pudo estar ni cinco segundos acostado cuando la puerta de su habitación fue tocada

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Hyunjin se tiró sobre su cama totalmente agotado, pero no pudo estar ni cinco segundos acostado cuando la puerta de su habitación fue tocada.

Suspiró frustrado y se levantó a atender a la persona que lo interrumpía sin piedad.

Lia ingresó sin decir palabra alguna y el mayor cerró la puerta sin ninguna otra opción.

— No sé si te has dado cuenta, pero intentaba descansar. — informó el mayor con un tono de voz apagado.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Where stories live. Discover now