«Renunciar a ser niños, renunciar a ser príncipes, y afrontar ser reyes a los veinte años no era fácil; y mucho menos si aún no resolvían sus problemas amorosos, ni protegían al mundo con sus poderes. La última y definitiva batalla se acercaba más r...
En cuanto todo se vió perdido, Jisung decidió confiar en la parte humana que tenía cada hechicero. Si llegaba a su corazón con sus palabras y sentimientos, podría convencerlo. Estaba dispuesto a rogar por que despierte a Minho, porque Hoseok era la única salvación.
Y lo logró.
En cuanto llegaron al lugar donde estaba Minho, el hechicero se arrodilló al lado del cuerpo al igual que él, y lo observó mirarlo detenidamente, no sin antes mirar de reojo a Yugyeom, quien dormía a unos metros más allá. Debía apurarse por ambos.
Mientras Hoseok analizaba la situación, Chan le había dicho a Changbin que podría ir donde Félix si quería, y así fue. Cuidando de las hermanas Hwang y un noble del reino Lix, estaba Hyunjin, acompañado de Seungmin, quien se había desistido de dejarlo solo, y ahora Félix y Changbin también estaban con ellos, por si el hechicero Jungkook volvía. Por lo que ahí estaban Woojin y Chaeryeong, observando del lado izquierdo, mientras Chan y Jeongin estaban del lado derecho, y Jisung se mantenía al lado del hechicero.
— ¿Qué hechizos te dijo Yugyeom que había fusionado?
— Que durmiera; agotamiento esporádico; debilidad mental; y . . . pérdida de memoria. — respondió velozmente el menor. Hoseok asintió, indicando que se lo había esperado.
— Es algo que habíamos platicado con anterioridad. Puedo hacer que despierte, pero no ahora. Tardará unas horas, y el resto del los efectos, pues, también tardarán en desaparecer, pero lo harán, así que no te preocupes. Irán desapareciendo en el mismo orden. — explicó claramente apurado. — Sé fuerte.
Lo último dicho lo asustaba.
Hoseok tocó la frente de Minho con su mano derecha, cerró los ojos y todos mantuvieron el silencio intacto.
— Kokoro o iyashi, tamashī o iyashi,-nai ni sumu aku o iyashi,-nai ni aru aku o hikidashimasu.
Y mientras decía aquello, su mano había comenzado a desprender luz, por lo que la frente de Minho se iluminó también. Al terminar, Hoseok dejó de tocarlo y se levantó rápidamente.
— Debo llevarme a Yugyeom ahora. — indicó, para entonces dirigirse al hechicero con velocidad.
Chan, al igual que todos, veía aquello sospechosamente rápido y fácil. Pero tampoco es como si conocieran mucho de magia. Lo único que les quedaba era confiar.
Hoseok deshizo todo el hielo alrededor de Yu con una sola palabra que salieron de sus labios. Se acercó al menor, lo rodeó con sus brazos con delicadeza, y tras murmurar un hechizo, ambos cuerpos desaparecieron de repente. Ninguno de los reyes se había sentido con la obligación de agradecerle, por lo que sólo los dejaron irse sin decir más.
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Por otro lado, y en el mismo momento, la barrera psíquica que separaba a Hyunjin de sus hermanas, desapareció de un segundo a otro, dándole al rey Hwang la oportunidad de abrazarlas con una enorme sonrisa. Intentó rodearlas a todas a la vez, por lo que el abrazo fue de cuatro personas. Seungmin lo observó con una sutil sonrisa de labios, porque su felicidad lo hacía feliz a él.