.•°|VII. Dos discípulos|°•.

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La estadía de los jóvenes discípulos en la cabaña parecía llegar a su fin.

La razón por la cual las cosas parecían estar siendo apresuradas era el estado del rey, quien cada día parecía estar más enfermo. Sin embargo, siempre que estaba despierto, iba a las clases de los menores sin falta.

— No me mires así, Jinyoung. No soy un hechicero, y mucho menos un adivino. Yo no sabía que tú no estabas al tanto de lo que yo sabía. — manifestó Wonpil, observando la expresión desconcertada del menor.

— El rey nunca me lo dijo.

— Creo entender el porqué. — admitió el mayor — Es más, no me hagas caso, no debí meter mis narices en tus asuntos.

— Yo realmente no veo problema. Esa no es la situación a la que me dirijo. Eres mi amigo, ¿no es así? — sonrió, contagiando al contrario. — Jamás te pediría que no te metas en mis asuntos . . . Al menos no de esa forma. — ambos rieron.

De repente, a la biblioteca ingresó una muchacha de cabello rojizo y sonrisa encantadora, que saludó a ambos con una pequeña reverencia.

— Buen día, maestro Wonpil, y Jinyoung. — volvió a sonreír, sin dejar de mirar al menor.

— Al parecer tienen planes para este hermoso día soleado. — comentó el maestro, al ver que el castaño iba por su capa de hechicero y guardaba el libro que había tenido en manos segundos antes.

— La alteza determinó que disfrutaramos de este día, y eso mismo haremos. — admitió la menor sonriente.

— Y además, no siempre nos dejan salir de los límites. — dijo el castaño en cuanto había llegado hasta ellos.

— Es verdad. Vayan con cuidado.

Los dos discípulos se encaminaron corriendo a las afueras del lugar. Ambos sonriendo, ambos libres.

Corrieron por el campo verde que los guiaba a los límites que les habían trazado al llegar a aquel lugar. Muchas veces lo prohibido era lo más atrayente.

— ¡Jinyoung! — exclamó la pelirroja, deteniendo su paso y borrando su sonrisa de inmediato. El castaño se acercó a ella apresuradamente, lleno de preocupación.

— ¿Qué pasó? ¿Te hiciste daño?

La menor relajo su expresión y lo miró apenada.

— ¿Crees que ese lugar realmente sea como en los libros de éste planeta? — cuestionó, aún desconfiada del futuro.

Así vivían muchas personas.

— ¿Lo que llaman mar y arena? — interrogó, dejando a las comisuras de sus labios subir.

— Jinyoung . . . Yo realmente no sé si estará bien hacer esto, o si es seguro . . . Yo . . . No soy tan valiente como muchos dicen . . .

— Claro que lo eres. — manifestó con convicción el más alto, parandose frente a ella. — Eres la mujer más valiente que conozco.

— Yo . . . no, ya no estoy segura de poder cruzar los límites . . .

— Yo creo en ti. — admitió, llevando sus manos a su rostro y mirándola fijamente. — Yo vi tus ojos cuando se iluminaron al ver aquel mágico lugar en imágenes de libros . . . Sé cuanto deseas hacer esto.

— Jinyoung . . . — decir su nombre podía hacerla sentir más tranquila y aquello le encantaba. — Promete que no me dejarás sola. — pidió con un brillo único en sus pupilas. El castaño asintió sin dudar.

— Yo estaré contigo . . . — le murmuró con confianza.

Ambos se tomaron de las manos y miraron al frente, una pared casi invisible se alzaba a unos centímetros de ellos

— . . . ¿Confías en mí?

— Confío en ti. — afirmó la pelirroja inmediatamente.

Y pese a que él nunca había confiado en sí mismo o en sus decisiones, por alguna razón que desconocía, algo le llamaba a ser valiente y le obligaba a tomar riesgos, a hacer cosas nuevas, pero sobre todo, a protegerla.

~***~

El contacto era áspero, sin embargo, Hoseok no había esperado que sea de otra forma, ya que estaba tocando el tronco de un árbol viejo.

— Este lugar es hermoso. No puedo creer que no nos hayan traído acá. — comentó a sus espaldas Jaebum, con claro asombro.

Hoseok se alejó del abismo y se acercó un poco más a la única persona que siempre estaba a su lado.

— Bueno, éste lugar está dentro de los límites, así que creo que sí es extraño. — admitió el menor.

— De todas formas, agradezco por fin estar a solas contigo. — manifestó sin vergüenza el más alto, acercándose peligrosamente a él.

Hoseok se ruborizo, sin embargo, no pudo evitar corresponder al beso que el mayor le otorgaba en ese momento. Un beso que duró tan sólo unos segundos, pero que fue igual de especial que el primero.

— Cuando seas rey . . . ¿Cómo acabará nuestra relación? — cuestionó el menor con temor.

— ¿Qué? — interrogó aturdido Jae. No pudo evitar fruncir el ceño. — Hoseok . . . Yo no te dejaré. Además, no sabemos si seré el rey-

— Lo serás, por supuesto que sí. — lo interrumpió con seguridad y una sonrisa de labios.

Ambos se abrazaron aquella tarde. Se dejaron envolver por el viento que corría a su alrededor, y disfrutaron de la hermosa obra de arte que era el firmamento, y que anunciaba a su paso que se aproximaba el atardecer.

Y por más mágicos que fuesen todos aquellos discípulos, no podían negar que la magia más hermosa era hecha por los pinceles del cielo.

— JaeBum . . . — llamó el menor con timidez, en medio del abrazo, mientras ambos observaban el paisaje que se extendía mucho más allá sin miedo alguno. El peli negro lo miró con curiosidad y Hoseok tuvo el valor de decir con claridad — . . . Te amo.

Recibió una sonrisa llena de amor, que dejaba ver su hermosa hilera de dientes perfecta. Aquello hizo palpitar aún más su corazón.

— Yo también te amo, Hoseokie.

Lamentablemente el amor no es el sentimiento más fuerte en la vida, como muchos dicen. O al menos, no era suficiente para evitar lo inexorable.


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Hooola, mis wingies UwU
¿Qué les pareció el capítulo prometido?

Obtuve muchos "sí" :'3

Disculpen la demora por cierto TwT.

~Éste capítulo es dedicado a ~ Stay03252 ~

~JiNi95⛈ ~

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora