.•°•.|CV. Reino Han|.•°•.

911 178 128
                                        

Era obvio que los hechiceros ya se habían ido, puesto que todo había vuelto a la normalidad, y Seungmin lo notó mientras caminaba por el pasillo principal del palacio Hwang con Yeji, Chaeryeong y Ryujin detrás suyo, y después de ellas estaban Jeongin, Felix y Woojin, quienes junto al resto buscaban a los demás con preocupación.

En cuanto todos se reunieron y las hermanas Hwang se dieron un cálido abrazo de varios segundos, el equipo de reyes junto con Chaeryeong se encerró en el salón principal para conversar más detalladamente sobre el siguiente paso.

— ¿Están seguros de que no intentaron negociar con ustedes? — cuestionó Seungmin al grupo de chicos que había tenido altercados la noche anterior con los hechiceros.

— Yo ni siquiera hablé con ese hechicero. — manifestó Chan sincero.

— El hechicero que habló con nosotros desapareció de pronto, pero antes de eso no hubo ningún tipo de negociación. — declaró Jisung también hablando con la verdad.

Entonces todas la miradas cayeron sobre un callado Hyunjin, quien alzó la mirada lentamente.

— Yo . . . tampoco. — murmuró Hwang, intentando ser convincente. — ¿Qué podría hacer yo por ellos?

Lo había logrado. Al menos había convencido a la mayor parte de ellos.

— De acuerdo, entonces iremos mañana a primera hora al reino Han. — manifestó Chan. No parecía estar en su mejor condición, pero se mantenía firme con lo antes dicho. — Pero primero quiero saber, Hyunjin . . . ¿Tus hermanas también vendrán con nosotros?

Todos nuevamente miraron al castaño.

— Sí. — respondió Hwang tras unos segundos. — Pensé que estarían a salvo si las dejaba aquí, pero . . . esos hechiceros pueden venir por ellas y . . . prefiero tenerlas bajo mi protección, así que sí.

Bang asintió con una sutil sonrisa de labios. Después de aclarar otros detalles, todos se fueron a descansar a sus habitaciones, a excepción de Hyunjin, quien debía aún atender los problemas ocasionados en la noche que ya había pasado, y en la que no había dormido nada.

Mientras los reyes se esparcían por el palacio en busca de sus habitaciones, de repente Chan sintió que alguien se paraba a su lado y comenzaba a caminar con él. No pudo evitar sonreír al ver que se trataba de Woojin, el cual no lo miró, pero se dispuso a hablarle.

— ¿No te hirieron gravemente? — preguntó, intentando no sonar muy interesado.

— Ah, eso . . . No realmente. Sólo tengo uno que otro rasguño por ahí y-

— ¿Quieres que te lleve plantas medicinales a tu habitación? — interrogó entonces, interrumpiendo.

Chan sonrió conmovido y asintió.

— Eso estaría bien. — admitió de buen humor. — ¿Ya no estás molesto conmigo?

— Estar molesto contigo no significa que deje de quererte. — manifestó el menor con firmeza. — Sigo pensando en lo que dijiste, pero ya no me causa el mismo sentimiento de enojo, por lo que podría decirte que ya no estoy molesto contigo.

— ¿Entonces por qué sigues tan distante? — cuestionó el líder confundido.

— Porque . . . por alguna razón siento que es lo mejor para nosotros. Lo más sano para mí. — confesó, deteniendo su paso y comenzando a caminar por el lado contrario.

— Woojin, ¿qué haces?

— Iré por esas plantas, así que espérame en tu habitación. — indicó sin voltear a mirarlo.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒏𝒈𝒔 Où les histoires vivent. Découvrez maintenant