Capítulo 91: Solución

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El paisaje comenzó a distorsionarse, volviéndose ilusorio y comenzó a desvanecerse.

Después de que Klein dejó su estado de sueño, su visión se adaptó a la oscuridad en la habitación.

Sabía que con una libra y diez soli, que era treinta soli por semana, Benson no tuvo dificultades para mantener a la familia de acuerdo con los estándares de una familia promedio.

Había pensado que la mayoría de los trabajadores ganaban veinte soli por semana.

Una vez había escuchado a Melissa comentar que la calle inferior de Iron Cross Street tenía cinco, siete o incluso diez familias que se metieron en la misma habitación.

También aprendió de Benson que, como resultado de la situación en el continente del sur, la economía del reino estuvo en recesión durante los últimos meses.

Sabía que una criada, con comida y alojamiento provistos, podía ganar entre tres soli y seis peniques a seis soli por semana.

Klein extendió su mano y le pellizcó la glabella. Estuvo en silencio durante mucho tiempo, hasta que Sir Deweyville preguntó: " Oficial, ¿no va a decir nada? Los psiquiatras a los que fui siempre me hablaban y hacían preguntas en tal situación.

"Sin embargo, debo decir que me siento en paz. Casi me quedo dormido. Todavía no he escuchado gemidos ni gritos."

"¿Cómo lo hiciste?"

Klein se recostó en la mecedora. En lugar de dar una respuesta, preguntó con un tono suave, "Señor, ¿sabe sobre el envenenamiento por plomo? ¿Conoces los peligros del plomo?"

Deweyville se quedó en silencio por unos segundos. "No lo sabía en el pasado, pero ahora sí. ¿Me estás diciendo que mi enfermedad psicológica proviene de mi culpa — mi culpa hacia las trabajadoras de la fábrica de plomo y porcelana?"

Sin esperar a que Klein respondiera, continuó como siempre había — en su posición de poder durante una negociación.

"Sí, me sentí culpable por esto en el pasado, pero los compensé. En mis fábricas de plomo y porcelana, los trabajadores no ganan menos que otros trabajadores en la misma industria. En Backlund, a los trabajadores de plomo y porcelana se les paga no más de ocho soli por semana, pero les pago diez, a veces incluso más." "Je, muchas personas me critican por romper filas, ya que les dificulta reclutar trabajadores. Si no fuera por la Ley de Granos que llevó a muchos agricultores a la bancarrota, enviándolos a las ciudades, habrían tenido que aumentar sus salarios tal como lo hice yo."

"Además, también he informado al supervisor de las fábricas para asegurarme de que las personas con dolores de cabeza repetidos y visión borrosa abandonen las áreas donde están expuestas al plomo. Si su enfermedad es realmente grave, incluso pueden pedir ayuda en mi fundación de caridad."

"Creo que ya he hecho suficiente."

Klein habló sin una onda de emoción en su voz,

"Señor, a veces, no puede imaginar lo importante que es un salario para una persona pobre. Simplemente perder el trabajo durante una o dos semanas puede resultar en una pérdida irreversible para su familia, una pérdida que causaría un tremendo dolor."

Hizo una pausa antes de decir: " Tengo curiosidad, ¿por qué una persona amable como usted no instalaría equipos que puedan proteger contra el polvo y el envenenamiento por plomo en sus fábricas?"

Deweyville miró al techo y se rió con tristeza. "Eso haría que mis costos fueran demasiado altos para mí. Ya no podría competir con otras compañías de plomo y porcelana. Ya no presto demasiada atención a mis ganancias en estas áreas de mi negocio. De hecho, incluso estoy dispuesto a desembolsar algo de dinero. Pero, ¿cuál es el punto de mantener el negocio si tengo que seguir haciendo eso? Eso solo puede ayudar a varios trabajadores y no convertirse en un estándar en la industria o afectar el cambio en otras fábricas."

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