Capítulo 8

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Tomar una decisión

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Liu Fenfang se escondió en su casa, ¡sin saber que su hija le había preparado semejante sorpresa!

Cuando se enteró de que se había llevado la mitad de las gallinas y patos que tenían, ¡se enojó tanto que su cara se torció!

¡Ha estado alimentando a esos patos y gallinas día tras día  durante meses para que crecieran! Todos estaban gordos y carnosos, y podían venderse en la ciudad imperial por unos cuatro taels de plata, ¡y las gallinas incluso ponían huevos!

Shen Ziying sintió que el aire de su casa era mucho más fresco, después de que se llevaran a esos patos y gallinas malolientes. Esto le ayuda a tener un mejor aspecto.

— Madre, tengo otras maneras de ganar dinero, no te enojes. — Dijo Shen Ziying.

La razón por la que habían podido comer carne los últimos días, era gracias a que las hierbas que su hija había conseguido de algún lugar, se vendían a un muy buen precio, y la familia tenía más dinero de sobra.

Pero a nadie le importaba cuidar el dinero, y cada vez que lo gastaban, era como si le estuvieran contando la carne a Liu Fenfang. Todo el ganado de la familia se había criado a base de arroz, fideos y hierba, ¡Liu Fenfang estaba a punto de vomitar cuando pensó en que regalaron la mayor parte de su ganado!

Hay dos flores en un brote, cada una mostrando una rama.¹

La casa de Shen Dashan estaba muy ajetreada, con 30 pollos y patos, más una cabra y un carnero, el patio estaba lleno de barullo.

La tía Zhou también estaba entre la multitud de curiosos aquella tarde, pero Shen Ruo recordaba claramente que no dijo nada malo sobre su hijo, sino que sólo mencionó que fue el hermano Long quien lo llevó a casa.

— Eh, ¿cómo podría aceptar esto? — La tía Zhou también tiene dos pollos en casa, pero ambas son hembras.

— Tía Zhou, tómelo. Si no fuera porque el hermano Long me ayudó, habría muerto en el campo. — Shen Ruo le entregó un gallo y esperó a que lo tomara.

La tía Zhou suspiró suavemente.

— Ruo ge'er, eres una buena persona, te pido disculpas por si alguna vez dije algo malo de tí.

— No, todo eso está en el pasado. No me importa lo que digan de mí. — Dijo Shen Ruo.

— No tengo muchos gallos, así que aceptaré a este gallo. Tengo gallinas en casa que están listas para ser apareadas, ¡te traeré algunos pollitos después de que eclosionen! — Dijo la tía Zhou.

Shen Ruo sonrió y asintió con la cabeza, la tía Zhou seguía siendo fácil de tratar, así que sería bueno si pudieran llevarse mejor en el futuro.

— De acuerdo, entonces, gracias de antemano.

Todavía quedan por allí algunas mujeres que aún no se han ido, y se entusiasmaron un poco al ver que la tía Zhou había obtenido un gallo grande, pero no podían decir nada.

Puede regalar pollos a quien quiera, pero es inevitable no sentir nada al respecto.

Shen Ruo sonrió y se secó el sudor de la frente:

— Tías, están cansadas, vengan a tomar un poco de agua y a descansar. Todavía tengo algo que preguntarles.

— Dinos, Ruo ge'er, ¿qué pasa? — Después del incidente de hoy, todos pudieron ver que el Ruo ge'er que conocían había cambiado, y ya no era el joven de corazón blando que no decía nada para defenderse.

CDGDZQYZZ [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora