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Capítulo 56

¿Esa persona buscó a la casamentera de invierno para pagar una fianza?

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— ¿No viste que la ropa de Shui ge'er está toda podrida, y que se hundió en el arroyo? Todavía hay piedras atadas a su cuerpo, ¡realmente va a morir!

— Aunque ha sido rescatado, no puede ser salvado, y el doctor no puede venir volando.

— La madre de Shui ge'er lloraba y hacía pucheros cerca de la orilla, por desgracia, tanto la madre como el hijo son lamentables.

Shen Ruo escuchó e inmediatamente corrió hacia el arroyo.

El lugar donde está su madre es la parte baja del arroyo, entonces el ge'er debe estar en la parte alta. Escuchando lo que dijeron las mujeres, aún debe estar vivo, así que Shen Ruo ciertamente no puede quedarse de brazos cruzados.

Cuando llegó al arroyo, ya había mucha gente, y su madre también estaba allí.

Shen Ruo inmediatamente apartó a la gente de alrededor para acercarse, el cuerpo de Shui ge'er estaba lleno de moretones, su piel está empapada y arrugada, la ropa está rota y parece como si hubiera sido desgarrada por un ser humano.

Shen Ruo se apresuró inmediatamente y le dijo a la gente de alrededor:

— ¡Alguien présteme una túnica!

Después de terminar de hablar, inmediatamente se arrodilló al lado de Shui ge'er, cruzó sus manos y presionó su pecho. Alguien a su alrededor arrojó inmediatamente una túnica exterior, y Shen Ruo envolvió rápidamente el cuerpo de Shui ge'er.

En esta época, hay muchas partes del cuerpo que no pueden mostrarse libremente a los demás, por no mencionar que Shui ge'er todavía es un ge'er que no se ha casado. Aunque a Shen Ruo no le importe, tenía que ayudarle a cuidar su imagen.

La madre de Shui ge'er se acercó, vio a Shen Ruo dándole primeros auxilios a su hijo y se le salieron las lágrimas.

Shen Ruo vio que estaba a punto de despertarse, así que no tomó la iniciativa de dar respiración artificial, y le dijo a la madre de Shui ge'er:

— ¡Tía, venga, haga lo que le diga!

Nadie sabe como ayudar en este momento, por lo que sólo pueden creer en que Shen Ruo podrá salvarlo.

La madre de Shui ge'er se acercó rápidamente y le dio respiración artificial a su hijo de acuerdo con lo que dijo Shen Ruo.

Las lágrimas seguían cayendo, estaba asustada, y no quería perder a su hijo.

Shen Ruo presionó su pecho con ritmo.

Cuando todos pensaban que Shui ge'er realmente iba a morir, sus dedos se movieron, entonces se atragantó y escupió mucha agua.

— ¡Está bien, está bien!, ¡Shui ge'er está vivo! — La gente a su alrededor gritó sorprendida al verlo.

La madre de Shui ge'er también tenía una expresión de agradecimiento.

Shen Ruo había usado demasiada fuerza y ahora estaba un poco cansado, y se sentó en el suelo.

Shui ge'er se despertó, sus pulmones le dolían como si tuviera incrustados alfileres y agujas, y miraba al cielo aturdido. Su voz era casi inaudible:

— .... ¿Cómo es que... no he muerto?

— Niño tonto, buah, buah, buah, ¿no quieres a tu madre?, ¿por qué buscas la muerte? — La madre de Shui ge'er se derrumbó, y abrazó a Shui ge'er aún llorando.