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Capítulo 45

Shen Ruo le dijo al buey: Iré a buscar a Gu Yun para salvarte

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Su corazón se hundió y la inquietud se apoderó de él, y las cejas de Shen Ruo se tensaron involuntariamente.

— ¿Qué demonios está pasando? Hablemos de ellos mientras caminamos. — Se apresuró a caminar con Zhou Lang, dejando que él guiara el camino.

A estas alturas, todos estaban motivados con el trabajo y no sentían nada de sueño. Al oír esto, todos los hombres los siguieron, excepto algunos ya mayores, que no podían aguantar más y se fueron a dormir.

— Vamos con ustedes, podemos hacer algo para ayudar.

Zhou Lang recuperó el aliento y dijo:

— ¡El hermano Feng y Shen Hansan iban en un vagón de bueyes, pero se atoraron en una zanja!, ¡el buey se volvió loco y no pudieron controlarlo!

Shen Ruo se sintió un poco ansioso, pero a duras penas consiguió mantener la compostura y preguntó:

— ¿Cómo están?

Zhou Lang dijo:

— Fueron rescatados, pero están heridos. Todavía no han despertado, así que alguien fue a buscar al doctor Liu.

Shen Ruo echó a correr por el camino de las afueras del pueblo, con el viento en sus pasos, dejando a todos atrás.

Zhou Lang lo siguió de cerca y le dijo en un intento por calmarlo:

— Ruo ge'er, no te asustes.

Shen Ruo frunció los labios. Pero sus pasos se hicieron más ansiosos.

Fuera del pueblo Shen, había un camino de tierra de media milla de largo, que sólo era lo suficientemente grande para que pasara un vagón, y a ambos lados del camino de tierra, había una zanja donde sacaban agua, de unos treinta centímetros de altura, conectada a ella por una pendiente.

Cuando Shen Ruo vio la altura, sus ojos se pusieron rojos, no era ninguna broma que un vagón de bueyes se volcara en este lugar, ¡si se golpeaban la cabeza podrían morir!

— ¡Ahí están! — Zhou Lang señaló hacia adelante, y desde la distancia sólo pudo ver unos puntos negros.

Su hermano y Shen Hansan ya habían sido rescatados y estaban acostados en el camino de tierra, con las frentes sangrando por los moretones. El brazo de Shen Hansan estaba antinaturalmente doblado, como si se lo hubiera fracturado.

— Ruo ge'er, ¿por qué estás aquí? Esto es peligroso, vete a casa. — Shen Dashan le pidió a Zhou Lang que fuera a buscar ayuda, pero no espera que fuera a llamar a Shen Ruo.

Shen Ruo sacudió la cabeza y se puso en cuclillas. Las heridas Shen Feng y Shen Hansan fueron atendidas.

Shen Dashan apenas podía controlar al buey que estaba alterado, el cual mugía e intentaba empujar sus cuernos contra él, y sus cuatro pezuñas picoteaban el suelo con desesperación, tanta que Shen Dashan podría haber salido volando si no hubiera sido tan fuerte.

Zhou Lang volvió para informar de que el buey tenía que ser sujetado sólo por Shen Dashan, porque el otro hombre tuvo que irse a buscar al médico.

Los hombres que acudieron en su ayuda, rodearon al buey y lo sujetaron. Sólo entonces, Shen Dashan se sentó en el suelo como si le faltara aire, sudando frío.

— Este buey está loco, no podemos dejar que corra por ahí y lastime a la gente. — Shen Dashan jadeó, e inmediatamente se dirigió hacia Shen Feng con sus brazos, moviendo su cuerpo mientras terminaba de hablar.