Capítulo 11: Nunca te rindas

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En general todos tenían su excusa. Lucia tenía poco tiempo para estudiar, Carlos no podía acceder a sus veinte horas de sueño diario, Cindie iba retrasada en sus prácticas de piano y Susan tenía problemas con el cuidado de sus hermanos. E incluso así todos encontraban la manera de estar sin falta en cada entrenamiento.

Lo adoraban. Si tú no has vivido la experiencia y no sabes cómo se siente cuando la energía corre por tu cuerpo... pues tranquilo, no eres el único: Victoria aun no ha logrado encender el poder en su interior.

Pasadas algunas semanas de entrenamientos diarios ella no había avanzado ni un poco. Sabía, muy dentro de ella, que lo había intentando, hora tras hora en el castillo de Noctis y estando sola en su habitación... Gastó mucho tiempo solo para acabar frustrada, intentando hacer algo que su propio cuerpo sentía sin sentido.

Esa tarde en especifico el grupo se hallaba en el castillo de Vitae para una prueba en la que cada quien mostraría sus avances. Victoria no había avanzado nada. Este detalle le impidió disfrutar de las vistas que brindaban los amplios ventanales de todo el castillo, sus patios enormes y balcones luminosos. Vitae era hermoso. Tenía cierto aire a hogar, pues se parecía al planeta Tierra. Largos lagos de agua tranquila y cristalina, rodeados de bosques y selvas tupidas y repletas de vida.

Varios de los reyes se hallaban allí, mantenían una cordial conversación con los príncipes y aguardaban la gran demostración. Victoria los observaba a algunos metros, nadie pareció notar que se había alejado, a nadie parecía importarle.

No podía evitar sentirse fuera de lugar. No podía luchar con la creciente necesidad de... rendirse. Renunciar a todo y dejar la fantasía y los dragones a los magos y las películas. ¿Por qué luchar contra lo inevitable si ella no era una princesa? Simplemente no había nacido así y no tenía nada de malo... Ella no estaba mal y no era menos... tan solo era diferente...

-¿Todos los humanos son así de misterios?- Victoria se sobresaltó al escuchar esa voz. Junto a ella se hallaba el mismísimo rey de Vitae, quien le dirigía una amigable sonrisa- Sé que para ti somos extraterrestres pero, oye, no mordemos. Puedes unirte a la charla.

-Lo siento, señor... Yo...

-Mi nombre es Tray Nor, no es necesario que me llames señor. Me hace sentir viejo, lo soy, pero no hay necesidad de que me lo recuerdes.

-Lo siento, señor...

-Te sientes muy insegura. Es extraño, fuiste quien más se divirtió la noche de la fiesta, al bailar no tenías ningún miedo a errar.

-Es imposible errar mientras se baila, no hay una manera correcta de hacerlo más que sentir la música. Todo esto... es diferente. No sé manipular la energía, me he esforzado pero... no puedo hacerlo.

-Nuestras habilidades son igual que el baile. No puedes errar porque solo debes concentrarte en lo que sientes. Sé que suena extraño, pero cuando se presente la necesidad sabrás qué hacer. Eres poderosa y tienes un alma hermosa. Debes sentir sin pensar, entender que no importa nada más que lo que sientes.

-Gracias por el consejo... Le prometo que seguiré intentando.

-No me lo prometas, Vick. Cuando consigas liberar tu poder no será por mí, no será pensando en la posibilidad de faltar a tu palabra. Cuando suceda sucederá. No lo fuerces. Y... sobre todo: Nunca te rindas.

IncontrolableWhere stories live. Discover now