Capítulo 69: Deben ser ustedes

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—Justo aquí —el dedo de Marizan se deslizó rápidamente sobre el papel, indicando un punto preciso—. Este es el sitio.

La mirada del grupo se trasladó sobre el mapa, siguiendo las instrucciones de la reina. Intentaron entender qué había allí donde Marizan señalaba, buscarle sentido a todo lo que ella había dicho hasta entonces, pero había mucho que no encajaba.

Las manos de Marizan alguna vez habían sido elegantes, con sus finos y largos dedos, adornados con un pequeño anillo con una luna y una gema azul brillante. Esa tarde, en cambio, eso no era lo que más destacaba, sino sus uñas, pequeñas, comidas casi hasta no dejar nada. Había un ligero temblor en sus movimientos, acompañado con una inquietud latente en su voz. Hablaba rápido, tanto que a los príncipes les era difícil descifrar el mensaje de sus palabras.

—Deberán llegar allí. —Continuó—. Es un lugar... malo. Peligroso. Nadie debería acercarse...

Los dedos de la reina dieron varios golpecitos inquietos sobre el mapa. Todos se volvieron a ella, a sus ojos, le vieron respirar, intentar ordenar sus ideas.

—Marizan... —Cindie fue la primera en emitir palabra. Lo hizo en nombre del grupo, con tono firme pero consternado—. Nos arrastraste aquí, empezaste a hablar de este sitio al que debemos ir, Victoria no aparece y nosotros no tenemos idea de qué está sucediendo. Marizan. Marizan, ¿estás bien? Habla con claridad, si algo malo sucedió o sucederá... tenemos que saber a qué nos enfrentamos.

La reina se llevó una mano a los labios, cubrió su boca, ahogando un sollozo.

—Lo siento... Claro que ustedes no saben. Se supone que debo comportarme como una líder... Ser clara y precisa, actuar con inteligencia... —respiró profundo, pareció relajar los hombros— Miren, chicos. Yo y el resto de reyes sentimos algo... una descarga de poder muy grande y peculiar. Amaya la localizó antes de que desapareciera, parece que partió de ese punto y no resulta del todo extraño... Al menos no para mí.

»Ese sitio es como... un polo magnético. Las corrientes energéticas que circulan por Porren van a parar allí, casi toda vuelve a fluir pero una parte de ella solo se queda allí, encerrada. Est concentración tan grande de energía facilita ciertas cosas, especialmente... los viajes entre mundos. Se forman algo así como agujeros de gusano, inestables y peligrosos. Sitios así pueden unir fácilmente puntas opuestas del universo.

»La Tierra y Porren están unidos por dos de estos canales y justamente el que se activó, por estar ubicado en el centro de la isla de Nox, tiende a estar repleto de malas energías, de las peores que existen. Pocos podrían abrir y cerrar ese pasaje sin ser consumidos en el proceso, pero sabemos que alguien lo hizo con la misma facilidad con la que abre y cierra la puerta de su casa. Los reyes quieren creer que fue Prolico, que abrió el pasaje para traer a Carmín de regreso. Es difícil e improbable, pero más simple de creer, es una idea más amigable.

Marizan hizo una pequeña pausa, pareció meditar sus próximas palabras con más cuidado que ninguna de las anteriores.

—Se equivocan —sentenció al final, con fría decisión—. No fue Prolico. Victoria abrió ese pasaje, ella está aquí, en Porren, o, más precisamente, en Nox.

—¿Victoria? —Susan fue la que puso en palabras la duda de todos con más rapidez. El grupo estaba en partes iguales atónito, asustado, incrédulo y preocupado. Toda aquella historia no tenía sentido, pero la reina la afirmaba con más seguridad que nunca.

—Es una historia larga, bastante difícil y cruel... con una moraleja tan terrible que llevo todo este tiempo sin querer llegar a ella. Vick es más de lo que aparenta, más que una humana indefensa. Se los explicaré todo, o al menos... todo lo que sé. Cuando tengamos el tiempo y la fuerza, pero no será ahora. Tienen que ir a Nox, entrar en lo más profundo de la tierra, donde nada crece, nada prospera, donde siquiera la muerte habita, pues lleva milenios sin ver la vida. Ella está ahí. No está sola. Y no está contenta.

—¿A qué se refiere...? —debió decirlo Cindie, fue la única que tuvo el valor. El resto del equipo estaba sumido en el silencio.

—Enviarlos a ustedes fue decisión de los reyes. Su orgullo jugó en la decisión, pero ni ellos estaba felices de poner sus vidas en riesgo así. Deben ser ustedes. Nosotros atraeríamos la atención de fuerzas oscuras de inmediato, no podríamos pasar desapercibidos y nuestros soldados no sobrevivirían. Los reyes no lo saben, pero deben ser ustedes. Es lo correcto. Son sus amigos... quiero creer que no los lastimaría.

—¿Lastimarnos? —el tono de Lucía fue ahogado, casi un gemido— Nuestra Vick jamás...

—No les pido que lo entiendan. Solo prométanme que serán cuidadosos e inteligentes. Prométanme que permanecerán juntos, se protegerán el uno al otro y... si deben hacerlo... se defenderán con toda sus fuerzas.

Hubo otro silencio. Largo y prolongado.

Solo Cindie asintió. Solo ella entendía. El fantasma de la reina Vinia ya se lo había advertido, sabía que Victoria era peligrosa y si debía detenerla por la fuerza... no se contendría. 

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