Capítulo 89: Quiebre

50 4 0
                                    

No lograrían llegar a la puerta. 

Victoria sintió vibrar un punto profundo en su ser. Alzó apenas la cabeza. No necesitó verlo para saber lo que se avecinaba. No necesitó pensar. Su cuerpo sabía perfectamente qué hacer. 

De nuevo, su mente se llenó de recuerdos. Los dibujos del libro aparecieron en el interior de su cabeza, se sintió siguiéndolos como si se tratase de un laberinto. Gracias a eso esquivó los dos primeros trozos de roca e hizo a un lado a sus amigas, salvándoles de morir aplastadas. 

Pero había más por delante y le fue imposible anticipar el próximo peligro. Un trozo de cemento más grande que todas ellas cayó justo sobre sus cabezas. Les hubiera aplastado si los mensajes del libro no hubieran actuado. 

Los mismos lazos de energía que habían retenido a Refro Dikalto nacieron del suelo, crecieron, trazando esos extraños símbolos. Se elevaron hasta poco menos de dos metros y, milimétricamente a tiempo, casi tarde, lograron parar el impacto del enorme proyectil. 

Victoria sentía aquellos lazos como extensiones de su cuerpo. Tenía un control sobre ellos que apenas lograba entender.

Recibió el golpe justo en la mitad de la columna. Aquella cosa la aplastaba, se sintió quebrar y le inundó un dolor intenso, pero se forzó a seguir corriendo. Sus amigas tampoco pararon, el miedo apenas les permitía apreciar lo que sucedía. Estaban en total oscuridad. Solo la puerta, con su única luz encendida era lo que les guiaba, lo que les decía hacia donde correr. 

La humana tenía la mirada borrosa y el pecho apretado cuando trastabilló. Se sintió caer y, con ella, lo que sostenía. Los lazos de energía se quebraron, una y otra vez sobre si mismos. Una y otra vez, Vick creyó que era su propia columna la que se destrozaba.

El estrepitoso sonido de todo al derrumbarse le hizo apretar aún más su cuerpo contra el suelo. Tardó en abrir los ojos, presa del pánico. 

Procesó poco a poco que su momento aún no había llegado. 

-Está bien -susurró Susan, con cuidado- Estamos bien. Salimos. Todo está... bien. 

Su respiración nunca había sonado tan agitada. El miedo se reflejaba en su voz, parecía estar buscando calmarse a sí misma. 

A Victoria le costó entender lo que le rodeaba cuando abrió los ojos. El mundo estaba totalmente a oscuras, excepto por ese pequeño hueco en el techo, ese por el que habían bajado a aquel infierno. Aún se vislumbraba el cielo de Noctis a través de él. 

Susan tenía razón: habían logrado salir en el momento justo. Segundos antes de que todo se cayera sobre ellas Estaban bien. A salvo. Estaban...

-¡Nicko! -chilló Victoria de repente- Nicko. ¿Está aquí? ¿Salió...? ¿Nicko? ¡Nicko! 

-No lo sabemos... -aceptó Lucía, apenada- No lo encontramos cuando todo comenzó a caer. Pensamos que... se transformaría en alguna cosa y correría a la salida. Creímos...

Seguir hablando no tenía sentido. Nicko no había salido a tiempo. 

Lucía se lanzó sobre Victoria. Le abrazó como si con eso pudiera recoger los trozos de su corazón deshaciéndose. También Susan se unió a ese abrazo. Las tres se mantuvieron juntas. Era su única forma de mantenerse fuertes. 

IncontrolableWhere stories live. Discover now