Capítulo 36: Fuego azul

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Hasta que la criatura bufó fuego Susan y Cindie no se apartaron la una de la otra. Tan pronto dieron con la enorme figura del dragón sus ojos se abrieron como platos, ambas ensimismadas en su pánico no reaccionaron lo suficientemente rápido para ponerse en pie a tiempo.

El dragón se lanzó directamente a ellas pasando por encima de la gran roca donde se ocultaba Clara. Una gran llamarada azul salió de su boca en cuanto rugió. La historia habría acabado con dos princesas azadas si Carlos no hubiera actuado en su ayuda. El príncipe de Terra se interpuso entre la criatura y las chicas y dio un golpe firme sobre el suelo. De inmediato y con un estrepitoso sonido, una roca salió de la tierra, una gran piedra volcánica roja, lo suficientemente grande para cubrir al grupo y protegerlos del fuego.

―¡Hagan algo ustedes dos!― exclamó Carlos― Vamos. ¡Ustedes atrajeron a esta cosa hasta aquí!

Fue casi un instinto que ambas se volvieran la una a la otra, como buscando algún tipo de valor. Luego recordaron que se odiaban y sus miradas fueron un intercambio de odio, fortuitamente, algo menos violento que el anterior.

―Un dato curioso― musitó Mariano― El fuego azul alcanza mayores temperaturas que el rojo.

El dragón seguía escupiendo fuego sobre ellos, generando un calor terrible y causando el lento derretimiento de la roca volcánica que los protegía.

―Gran dato, nerd― gruñó Cindie― Nuestras muertes serán más pacíficas ahora que lo sabemos.

―No estaríamos por morir si no te hubieras metido con mis amigas, si no hubieras sido una maldita perra desde que tengo memoria.

―¡Tu fuiste quien se lanzó a mi como animal con rabia! ¡Moriremos por tu culpa!

―¿Mi culpa? ¡Tu...!

―¡Ya basta!― les cayó Mariano― ¡Cierren la boca ya las dos! Nadie morirá hoy. Tengo un plan.

Carlos y Mariano actuaron justo a tiempo, cuando la pared de roca se venía abajo y el fuego estaba por caer sobre ellos. El príncipe de Terra sujetó a Cindie por la muñeca y creó otra pared que lo protegiera mientras corría hacia la derecha para ocultarse tras un grupo de árboles. Al mismo tiempo Mariano se encargó de Susan y la guió corriendo hacia la izquierda donde se ocultó tras una gran roca.

Al dragón le daba igual a cual de los dos grupos matar primero pero le impacientaba tardar más de lo debido, quería volver a dormir.

Con un movimiento de su larga cola terminada en una punta filosa fue capaz de derribar el árbol que protegía a Carlos y Cindie. Aun así el dragón optó por atacar primero a Susan y Mariano pues su escondite tenía un olor diferente: olía a miedo.

―Vale― masculló Mariano tan pronto vio que la criatura iría tras ellos― Necesitamos otro plan.

―¿Quieres un plan?― le reclamó la chica a su lado― ¡Pelear! Ya veremos quien es frágil aquí.

Él no alcanzó a decir nada antes de que Susan se lanzara corriendo al dragón, por un instante se molestó lo suficiente para desear golpear su propia cabeza. Nada podía salir bien de tantos gritos y actos impulsivos pero daba la impresión de que solo él lo entendía.

Junto a Susan estaba la mayor fuente de su poder: El océano. Eso le hizo sentir confiada al momento de plantar cara a la criatura. Su plan consistió en atacar primero y más fuerte. Tal y como hizo con la pequeña daga con la que se enfrentó al ciempiés venenoso, creó decenas de filosas y gigantescas estacas de hielo que intentaron inmovilizar a la criatura.

Creo que ya he dicho que Susan no es alguien que se destaque por su inteligencia. No sé que opines tu pero... ¿Qué puede salir bien enfrentando a un dragón escupe fuego a base de hielo?

IncontrolableWhere stories live. Discover now