Capítulo 71: Arrasaría el mundo

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Era su piel. Conocida y cálida. Eran sus manos, pero no era su tacto. No era la forma como ella solía sujetarle, como si fueran sus dedos un punto firme desde el que construir los cimientos de su mundo entero. 

No era solo un roce de piel: Era un idioma. Su idioma. 

Si Victoria aún lo hablaba, Mariano se sentía incapaz de entender qué estaba diciendo. Y si algo comprendía, prefería pensar que se equivocaba. 

Ella se incorporó de a poco, apoyándose con ligereza en las manos de su amigo. Pareció buscar sus ojos, siguió su mirada hasta que se encontraron. 

Sólo entonces Mariano acabó de entender toda la verdad: Esa no era la Victoria que él conocía. No era su Vick. 

Eran sus facciones pero no sus ojos. Ya no brillaban como dos grandes focos dorados en la noche. Eran sus labios pero no su sonrisa, suave y cariñosa. 

Su rostro dibujaba un gesto extraño. Una sonrisa, si, pero una forzada y fría, cruel y manipuladora.

Mariano no se apartó al verla. Permaneció a su lado y le acompañó con gesto protector mientras ella se ponía en pie. Sí, notaba todo lo que estaba mal, pero todo ello sólo le impulsaba más a ayudar a su amiga.

—Gracias —murmuró la chica y por un momento casi pareció ella, educada y gentil. Así hubiera sido si, luego de sus palabras, no hubiera agregado una risa retorcida e impropia de sus dulces labios—. Había olvidado que no puedo sola con mis rodillas.

—Vick —Mariano buscó sus palabras con cuidado— ¿Cómo te encuentras? ¿Qué sucedió?

—Vick —repitió ella, sacando la lengua en un gesto de asco— Es un sobrenombre estúpido e infantil. Tal como tú. ¿Acaso no saben ya que sucedió?, ¿son en realidad tan lentos?
La chica notaba todas las miradas sobre ella y, de tanta variedad de ojos, sus favoritos eran aquellos llenos de desesperación y miedo. Su sonrisa la delataba. Estaba disfrutando de todo aquel extraño espectáculo.

Avanzó muy despacio hacia el más débil de sus compañeros. Su sonrisa se ensanchó hasta ocupar casi todo su rostro cuando Lucía retrocedió antes de permitirle acercarse más.

—La traje para ustedes. —continuó la humana, arrastrando las palabras con fría elegancia— No era basura de la Tierra, aunque, claro, entiendo por qué se deshicieron de ella... 

Los pasos de Victoria se dirigieron lentamente hacia Carmín. La princesa no se había movido de su pequeño rincón en el suelo, permanecía hecha una pequeña bola, húmeda por sus propias lágrimas. Sus ojos enrojecidos siguieron a la humana y se tiñeron de pánico.

—La decisión de los Reyes no fue la apropiada... Todos coincidimos en ello. Carmín me hubiera matado de tener oportunidad, a mí y a cualquiera de nosotros. Merece algo peor que un destierro. Merece...

—¡Alto! No des un paso más. 

Victoria había avanzado hasta estar a poco más de dos metros de la princesa del sol. Los lazos de energía oscura serpenteaban tras sus pies, se movían marcando su camino y enredándose en sus tobillos. No había que ser un genio para averiguar sus intenciones. Pero si había que ser muy valiente para colocarse entre ella y su objetivo. 

Cindie fue así de valiente.

—Hola —rió Victoria— Mi querida princesa de Noctis, tú siempre tan decidida a llevar la delantera, a pasar por encima de cualquiera para lograrlo. Tengo tantas ganas de hacerte pedazos como a ella. ¿Quieres ser la primera?

—No me das miedo —.

He de admitir que su voz y su postura fueron convincentes, tanto que hasta logró convencerse a sí misma. Casi tanto para no retroceder un paso cuando Victoria avanzó dos.

IncontrolableWhere stories live. Discover now